Un día como hoy, 2 de junio de 1962, el Estadio Nacional fue escenario de uno de los partidos más intensos y polémicos en la historia de los mundiales: Chile vs Italia, en el marco del Mundial organizado en nuestro país. Encuentro tan duro, que hasta el día de hoy sigue dando qué hablar, ya que era otro fútbol, más permisivo, con menos tarjetas, algo que bien sabían los jugadores de la época.

Una fiesta de patadas, esa frase podría describir lo que se vivió ese día sábado poco sol en Santiago.

Lo que debía ser un partido de fútbol se transformó en una verdadera batalla campal entre jugadores, lo que fue visto con atención por los aficionados en las gradas, quienes no daban crédito a lo que ocurría en un partido de talla mundial. Patadas, golpes, expulsiones, e incluso la intervención de Carabineros en la cancha, haciendo eco de la violencia mostrada por profesionales del balón. Todo, en un contexto de tensión entre ambos países tras duras declaraciones en la prensa internacional.

Lo que dijeron los italianos

Qué dijo la prensa italiana que enardeció tanto a los chilenos, según los datos históricos centran los artículos escritos por dos periodistas italianos: Antonio Ghirelli y Corrado Pizzinelli, enviados especiales del periódico Il Resto del Carlino. Ambos escribieron crónicas duramente críticas hacia el país anfitrión.

Entre las frases más polémicas que se atribuyen a esos artículos, destacan:

  • Que Santiago era una ciudad deprimente, con “prostitución abundante y pobreza extrema”.
  • Que los chilenos eran ignorantes y analfabetos, y que vivían en condiciones “primitivas”.
  • Que Chile era un país atrasado, con un Mundial mal organizado, donde faltaban comodidades básicas.

Aunque algunos de estos comentarios fueron matizados o desmentidos más tarde, el daño ya estaba hecho, lo que calentó los ánimos en jugadores, aficionados, hasta en autoridades.

Por eso es que la prensa chilena respondió duramente, tildando a los italianos de “arrogantes” y “racistas”, lo que encendió aún más el ánimo del público y de los jugadores locales. Esta guerra mediática fue uno de los principales detonantes del clima hostil que se vivió el 2 de junio de 1962 en el Estadio Nacional.

El resultado: Chile venció 2-0 con goles de Jaime Ramírez y Jorge Toro. Pero más allá del marcador, esta jornada quedó marcada para siempre como "La Batalla de Santiago", un símbolo de coraje, aguante y garra chilena.

Un recuerdo imborrable de nuestro primer Mundial, donde demostramos que Chile se defiende dentro y fuera de la cancha.

La recordada pelea de Leonel Sánchez

 

Ya que hablamos de los cruces dentro de la cancha, cabe recordar que los golpes comenzaron desde el primer minuto, puesto que comenzado el partido, cuando el chileno Honorino Landa golpeó sin balón al italiano Mario David, desatando una cadena de agresiones. Poco después, David respondió con una violenta patada en la cabeza a Landa, lo que le valió la expulsión.

Sin embargo, uno de los momentos más recordados ocurrió cuando Leonel Sánchez, uno de los referentes La Roja, le dio un puñetazo directo al rostro al defensor italiano Humberto Maschio, rompiéndole la nariz. Increíblemente, el árbitro no expulsó a Sánchez, mientras que Maschio, sangrando, fue retirado del campo.

El caos se apoderó del partido, con constantes enfrentamientos físicos y la intervención de Carabineros para separar a los jugadores en más de una ocasión. Finalmente, Italia terminó con nueve hombres, y Chile ganó 2-0.

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