El sorteo para la próxima Copa Euro 2020 resultó ser bastante complicado. Por una parte, son muchos los anfitriones, de los cuales pueden estar dos como máximo en cada grupo de la fase preliminar. Siete de los doce anfitriones ya se han clasificado para la primera versión paneuropea del torneo. Otros cuatro esperan ocupar uno de los lugares aún abiertos, que se definirán apenas en marzo en las eliminatorias de la Liga de las Naciones. Solo Azerbaiyán (que tiene en Bakú una de las sedes) ha quedado eliminada definitivamente. El sorteo se llevará a cabo el 30 de noviembre próximo en Bucarest.

Si Kosovo se clasifica…

El sorteo se complica, además, porque la UEFA ha descartado de antemano algunos partidos que pudieran significar un problema político mayor. Por ejemplo, las ya clasificadas selecciones de Ucrania y Rusia no podrán enfrentarse debido al conflicto armado vigente entre ambos países desde 2014. Otros posibles "partidos prohibidos” podrían surgir de la eliminatoria final, si es que Kosovo, Serbia y Bosnia-Herzegovina se clasifican para la fase final de la competencia.

En total, son seis los partidos en la "lista negra” para todos los torneos europeos de naciones: Ucrania-Rusia, Kosovo-Serbia, Kosovo-Bosnia-Herzegovina, Kosovo-Rusia, Armenia-Azerbaiyán y España-Gibraltar. La lista es responsabilidad del Comité Ejecutivo de la UEFA, o en caso extremo, del "Panel de Emergencia”, una comisión especial formada por cinco personas, a la cabeza de la cual está el propio presidente de la UEFA.

¿Competencia o seguridad?

Críticos hablan de una competencia alterada, y acusan a la UEFA de contravenir su propio principio, según el cual la política y el fútbol deben estar estrictamente separados. "Para la UEFA es extremadamente importante que este garantizada la seguridad del público y de los jugadores, así como la de los demás actores relevantes en todos los torneos de la UEFA”, dijo la asociación a DW. "Aun cuando la UEFA sostiene que el deporte y la política deben mantenerse alejados, clubes y secciones deben también quedar separados de vez en cuando, pues de otro modo no se podría garantizar dicha seguridad.”

Esto implica una “gran cuota de pragmatismo”, asegura Jürgen Mittag, científico del Instituto Superior del Deporte en Colonia. "La UEFA, como la FIFA y el Comité Olímpico Internacional, se esfuerza por contrarrestar cualquier influencia poderosa de la política sobre los eventos deportivos. Al mismo tiempo, todas saben muy bien que el fútbol, debido a su importancia, no puede ser del todo apolítico. La UEFA busca el balance entre ambas tendencias.”

Tiempos complejos

Durante la Guerra Fría, recuerda Mittag, la UEFA fue “como un constructor de puentes”. Hubo partidos de fútbol entre equipos de los dos bloques ideológicos antagónicos, y dentro de la UEFA se mantuvo la colaboración entre ambos.

Desde entonces, la situación se ha complicado. En opinión del especialista, el fútbol actual no solo puede construir puentes, sino también “amplificar las tensiones. LA UEFA debe observar la situación de manera muy detallada y sensible”.

La asociación europea, por su parte, afirma a DW que la “lista negra” de partidos no es inamovible. En 2014, la UEFA volvió a permitir los partidos entre Rusia y Georgia, luego de que las relaciones entre ambos países se normalizaron. Para la Euro 2020, el listado solo puede estar vigente para la primera fase del torneo. En una fase de eliminación directa, una norma restrictiva puede ser superada por las circunstancias.

En la Liga de Europa 2014-2015, por ejemplo, dos clubes ucranianos y uno ruso alcanzaron los cuartos de final. Si los tres hubieran superado esa fase, evitar un partido ruso-ucraniano solo hubiera sido posible imponiendo una semifinal exclusivamente ucraniana. Pero aun así, hubiera persistido la posibilidad de una final entre clubes de Rusia y Ucrania.

Las cosas no llegaron a tanto. El equipo ruso, San Petersburgo, fue eliminado en los cuartos de final, lo mismo que el ucraniano Kiev. A veces, los problemas políticos se resuelven mejor en la cancha.

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