El Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) anunció este miércoles que rechazó el recurso de la sudafricana Caster Semenya contra la Federación Internacional de Atletismo, que obliga a las atletas con altos niveles de testosterona a seguir una medicación, pero dictó que la IAAF debe modificar su reglamento al respecto.

La IAAF recibió "con reconocimiento" la decisión "diligente y detallada" del TAS, celebrando que el tribunal reconozca el carácter "necesario, razonable y proporcionado" de este reglamento, añadiendo que su entrada en vigor será el 8 de mayo.

En su cuenta de Twitter Semenya escribió que "a veces es mejor reaccionar sin reacción". La sudafricana podría presentar un nuevo recurso ante el Tribunal Federal Suizo, también con sede en Lausana. Sería la última jurisdicción, pero solo juzga sobre la forma, no sobre el fondo.

El TAS manifestó "serias preocupaciones sobre la futura aplicación práctica de este reglamento" y lo califica de "discriminatorio", pero "esta discriminación es necesaria, razonable y proporcionada para el objetivo de la IAAF de preservar la integridad de las atletas".

En febrero, durante una semana, el TAS, máxima jurisdicción deportiva, estudió el recurso de la campeona sudafricana contra el nuevo reglamento de IAAF que obliga a las mujeres "hiperandróginas" a reducir, a través de medicamentos, sus niveles de testosterona si quieren participar en pruebas internacionales desde los 400 a los 1.609.

Tres puntos problemáticos

Pero el TAS, "en una sentencia larga de 165 páginas" emitida por los tres jueces encargados del caso, "no valida el reglamento de la IAAF, simplemente rechaza el recurso de Semenya", indicó Mathieu Reeb, secretario general de la instancia jurídica de recursos.

"Es la IAAF la que ahora debe trabajar en su reglamento para adaptarlo en función de las reservas emitidas por el TAS", añadió.

Tres puntos provocan problemas, según los expertos: El primero es la dificultad para aplicar un principio de responsabilidad objetiva fijando un umbral de la tasa de testosterona a respetar, a continuación la dificultad de probar la verdadera ventaja atlética de las atletas con hiperandrogenia en las distancias de 1.500 y 1.609 metros, y finalmente los eventuales efectos secundarios de este tratamiento hormonal.

Según una fuente próxima al caso, la IAAF ya ha modificado su reglamento respondiendo a la primera reserva expresada por el TAS; "la dificultad para aplicar un principio de responsabilidad objetiva".

Si el veredicto del TAS no es una victoria para la IAAF, sí es una derrota para Semenya, doble campeona olímpica de 800 metros, y las otras atletas hiperandróginas que deberán someterse a tratamiento, aunque sea modificado.

El TAS estima que el reglamento sobre las DDS (diferencias de desarrollo sexual) es "discriminatorio", pero considera que, sobre la base de las pruebas entregadas por las partes a lo largo del procedimiento, "tal discriminación constituía un medio necesario" para preservar la integridad del atletismo en ciertas pruebas. 

Semenya, así como las medallas de bronce y plata en los 800 metros de los Juegos de Rio 2016, Francine Niyonsaba (Burundi) y Margaret Wambui (Kenia), son reconocidas como atletas hiperandróginas, que generan de manera natural un nivel de testosterona elevado.

Otros posibles recursos

Aunque el TAS ha rechazado la apelación de Semenya, "puede que otras atletas presenten un recurso, no se puede excluir otros posibles casos", señaló Reeb.

En febrero los abogados de la campeona sudafricana apelaron a la tolerancia hacia las atletas que presentan "variaciones genéticas". Consideran que la nueva reglamentación de la IAAF "trata de manera equivocada y dolorosa de mandar en las características sexuales de las mujeres atletas".

De su lado, la IAAF argumenta que si atletas con diferencias de desarrollo sexual tienen niveles de testosterona masculinos es necesario "preservar la igualdad de la competición femenina" y, por tanto, pedir a estas atletas "reducir su tasa de testosterona antes de una competición internacional".

Para algunos expertos científicos privar a Semenya de competir debido a su tasa elevada de testosterona equivale a excluir a los jugadores de básquetbol muy altos.

El profesor Chris Cooper, especialista en bioquímica, recordó recientemente que los resultados de Semenya fueron peores en cuanto fue obligada a medicarse para reducir sus niveles de testosterona.

De 2011 a 2015, la IAAF impuso en efecto esta medida, antes que otra atleta afectada, la india Dutee Chand, obligase a anularla gracias a la justicia.

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