El volante chileno Arturo Vidal podría volver la próxima semana a los entrenamientos en el Flamengo, luego de ser intervenido quirúrgicamente en un hospital de Río de Janeiro por una rebelde bursitis en su codo izquierdo.

Sin embargo, el reintegro deportivo del “King”, quien ya se perdió la final del Campeonato Carioca en que su equipo cayó frente a Fluminense, dependerá de su evolución médica.

Pero, ¿por qué esta infección se ha vuelto una pesadilla para el bicampeón de América?

Julio Contreras, traumatólogo UC Christus, especialista en hombro y codo, explica en Las Últimas Noticias “existen aproximadamente 150 bursas en todo el cuerpo. La palabra bursa, en latín, significa bolsa. La bursa es una bolsita que tiene líquido y está hecha de una membrana, la membrana sinovial. Este líquido que produce busca disminuir el roce de algunas estructuras del cuerpo. Por ejemplo, el codo. La bursa más comprometida en el codo es la olecraniana. Imagino que es esa, porque es la más frecuente en esa zona y la que da más problemas”.

“En el codo uno tiene una punta del huego, el cúbito, y su punta se llama olecranon. Es una zona donde el hueso es muy cercano de la piel, es subcutáneo, y tiene mucho roce. Esa bursa está muy expuesta a traumatismo o microtraumatismo. Hay personas que apoyan mucho el codo sobre una superficie dura y eso también puede producir inflamación. La bursitis, genéricamente, es la inflamación de la bursa y pueden ser por golpe o presión. Hay asépticas, que no tienen infección, versus las sépticas, que es cuando existe un microorganismo que produce la inflamación y como la bursa olecraniana es muy superficial, después de un golpe alguno de estos microorganismos pueden entrar a la bursa y producir esta infección. Muchas veces estos microorganismos viven en la piel y habitualmente no producen infección, como el Staphylococcus aureus, pero si se rompe la barrera, lo pueden hacer”, continuó el especialista sobre la eventual complicación en la situación del futbolista.

En el caso de una infección, explica que “la recuperación es variable. Se drena el pus, se hace un aseo quirúrgico, se evalúa si es necesario sacar parte de la bursa (bursectomía) y después de eso uno toma material, lo manda a cultivo o ante las dudas de su origen a biopsia. Si todo sale bien, y la recuperación con los antibióticos es adecuada, la persona se recupera dentro de siete días, que es lo que demora en cerrar la herida”.

Finalmente, sobre el tratamiento del ex FC Barcelona, Bayern Múnich y Juventus, entre otros clubes, el traumatólogo comentó que “se le ve con un vendaje compresivo que ayuda a disminuir la inflamación y la producción de líquido. La bursa produce líquido, puede salir por la herida y eso puede hacer que la cicatrización sea más lenta. También tiene, al parecer, un VAC (Vacuum-Assisted Closure) que es un cierre de herida asistido por vacío y que es donde se pone una esponja en la incisión, que a veces incluso tiene algún agente antibacteriano, y se conecta a una bomba de vacío. Esto genera, con la mencionada esponja, una succión del líquido que sale de la herida, se hace en forma intermitente, y permite drenar, disminuir el edema y las bacterias que están en la herida. La mantiene hidratada y, lo más importante, mejora la circulación. Hay heridas que cuesta cerrar, pero con este sistema la herida se cierra automáticamente”.

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