La final del torneo más importante de clubes de Europa no defraudó a nadie. Chelsea y Manchester City entregaron un espectáculo a la altura de las circunstancias, pero fueron los "blues" los que se llevaron el premio mayor.

Tanto los de Pep Guardiola como los de Thomas Tuchel fueron superiores en casi todos los partidos de este certamen hasta la final, y en los últimos dos enfrentamientos directos (premier y copa inglesa), los azules habían impuesto sus condiciones. 

El duelo fue una oda al fútbol moderno: velocidad, compromiso, técnica y muchísimo estudio de parte de ambos cuadros. 

A pesar de un buen inicio de los citizens, fue el Chelsea el que golpeó en el primer tiempo mediante pase largo que encontró mal parada a la defensa ciudadano que culminó en gol el alemán Kai Havertz, luego de dejar al portero Ederson en el suelo. 

La segunda parte mostró a un City más incisivo, pero sufrió la baja de su gran figura: Kevin De Bruyne debió abandonar la cancha por un choque con el defensor Rudiger. 

Guardiola cambió de esquema, usó a todos sus atacantes, incluso Sergio "Kun" Agüero, pero no pudo superar el muro del Chelsea, que se consagró campeón por segunda vez en su historia de la Champions League.

Su entrenador Tuchel, sufrió la derrota en la final de la edición pasada cuando dirigía al PSG ante el Bayern Munich. Sin embargo, hoy sonríe: su Chelsea es campeón de Europa.

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