Aires más positivos soplan para la economía chilena, según constató el Informe de Política Monetaria (IPoM) del Banco Central correspondiente a diciembre. El reporte corroboró lo anticipado en la víspera respecto a que la inflación volverá ante a la meta que lo previsto en septiembre, sino que consideró la posibilidad de que el país crezca 3% el próximo año.

En el escenario central de proyección, la variación de los precios internos llegaría al objetivo de 3% en el primer trimestre de 2026, mientras que hace tres meses se pensaba en el tercero. Esto, después de alcanzar este mes un nivel de 3,6% anual, menor al 4% que se calculaba con antelación.

El IPoM da cuenta de un comportamiento más favorable de algunos factores de costos, en un contexto en que los riesgos para la convergencia inflacionaria se han reducido. Entre otros elementos, el informe resalta la apreciación del peso, el menor avance de los costos laborales -que no obstante sigue por sobre sus promedios históricos- y expectativas de alineadas con el 3%.

Respecto de la inflación sin volátiles, el retorno al 3% la autoridad lo ve hacia mediados del próximo año.

Entre los elementos detrás de la proyección de inflación, el IPoM menciona -además de la apreciación del tipo de cambio real- una reducción de las tarifas eléctricas a inicios de 2026, conforme a lo que ha sido informado por la autoridad en esa materia.

El documento añade que las presiones inflacionarias serán acotadas por el lado de la demanda, dado que la mayor inversión se concentra en transables y algunos indicadores sugieren un incremento de la productividad.

Más inversión

Por el lado de la actividad económica, el banco considera que se ha comportado en línea con lo esperado, con una inversión más dinámica de lo previsto, en particular la que corresponde a maquinaria y equipos.

En el plano externo, y aunque advierte que los riesgos del panorama internacional continúan siendo importantes, el IPoM da cuenta de que el impulso es algo mayor para Chile, considerando que la actividad mundial ha sido resiliente a los shocks de incertidumbre de inicios de año y las condiciones financieras han mejorado. “El alza del precio del cobre ha impactado positivamente los términos de intercambio”, se planteó.

En este escenario, el escenario central del reporte de diciembre es algo más favorable respecto del anterior. Para la actividad, se estima que el Producto Interno Bruto (PIB) se expandiría 2,4% este año, o sea, en la parte media del rango de septiembre (2,25%-2,75%), mientras que para el próximo el rango mejoró a 2,0%-3,0% (1,75%-2,75% en septiembre). Para 2027, el rango se mantiene entre 1,5% y 2,5%, en línea con el crecimiento de tendencia de la economía.

 

Esto último se condice con una demanda que ha sido más dinámica. Resalta el desempeño de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF), que creció por encima de lo proyectado especialmente en maquinaria y equipos, siendo los grandes proyectos mineros y energéticos los que continúan como el principal impulsor en la expansión de este componente. Así, se prevé que la FBCF subiría 7% en 2025 y 4,9% en 2026 (5,5% y 4,3% en septiembre). Para 2027, se sigue estimando un crecimiento de 3,1%.

Lo anterior, en un contexto en que las expectativas de los consumidores han aumentado. El banco señala que el mercado laboral muestra mejoras, aunque persisten desafíos relevantes. De hecho, la tasa de desocupación bajó desde el IPoM de septiembre, pero permanece por sobre promedios históricos.

En este marco, el Central proyecta que el consumo privado registre un crecimiento anual de 2,5% en 2025 y 2026, y 2% en 2027, apoyado por el incremento sostenido de la confianza de los consumidores y de la masa salarial.

Publicidad