El invierno que se aproxima parece especialmente costoso cuando se tiene en cuenta el explosivo aumento de precios que ha sufrido Chile y gran parte del mundo en el último tiempo.

Con una inflación anual que supera el 11%, el consumo energético y su variabilidad producto del uso de sistemas de calefacción ya están presionando la billetera en medio de noches cada vez más frías.

Por lo mismo, vale la pena tener en cuenta que diversas medidas pueden significar un ahorro importante cuando se toman con tiempo y planificación.

Lo básico, señalan fuentes de la industria eléctrica, es aprovechar la luz natural, apagar las luces cuando no se están aprovechando, usar ampolletas led, guardar el agua hervida en un termo para no abusar del hervidor, desenchufar los aparatos eléctricos sin uso y usar la lavadora con carga completa.

Desde Enel, se aconseja reducir los “consumos fantasma” que generan los equipos conectados a un cargador pese a tener el 100% de su batería, usar los sistemas de ahorro energético de los computadores cuando están encendidos por ocho horas o más y no meter al refrigerador comida que aún esté caliente.

En términos de generación de calor, la responsable de Eficiencia Energética de la empresa, Valentina Barros, recomienda usar sistemas de calefacción eléctricos y especialmente climatizadores tipo Inverter.

“Gracias a su tecnología, llegan a ser hasta un 30% más eficientes que los equipos de aire acondicionado on-off ya que modulan la operación del compresor en función de la temperatura ambiente y temperatura seteada”, explica Barros.

Cubrir los espacios

La profesional del Área de Calidad del Aire y Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, Paloma Caruso, destaca que el aislamiento también es un tema fundamental para mejorar la eficiencia energética.

“Si la vivienda no tiene la aislación necesaria, aunque le pongas una estufa pellet y además un aire acondicionado, el calor no se va a mantener”, explica.

Caruso pone el ejemplo de la región de Los Lagos, donde una de cada diez viviendas no cuenta con el estándar mínimo de aislación térmica y el aire se termina escapando por el techo, piso y paredes.

Si no hay suficientes recursos monetarios para hacer una inversión, recomienda identificar los puntos por los que se fuga el calor y optar por soluciones caseras como armar una “culebra” de ropa que se inserta en las rendijas.

Y si se cuenta con algo más de dinero, aconseja cambiar las ventanas a termopanel, mejorar las cortinas y revestir el techo de la casa.

Para Caruso, las mejores alternativas para la calefacción son el pellet y aire acondicionado, por su menor grado de humedad y contaminación, o bien un sistema que permita enviar hacia afuera los desechos de la combustión.

La ingeniera ambiental pone énfasis en el hecho de que la producción de desechos contaminantes también impacta la capacidad de ahorro.

“Que tu casa quede húmeda y se generen hongos va a afectar tu sistema respiratorio, y probablemente te vas a enfermar mucho más en el invierno. Finalmente puedes terminar gastando más plata por problemas de salud”, afirma.

Eficiencia energética

La métrica por excelencia que las fuentes consultadas recomiendan tomar en cuenta las calificaciones de eficiencia energética, que no solo se aplican a artefactos eléctricos, si no que también a los hogares.

La Calificación Energética de Viviendas (CEV) desarrollada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) utiliza una etiqueta con colores, porcentajes y letras que van desde la más eficiente (A+) hasta la menos eficiente (G).

Una vivienda con calificación A+ puede lograr ahorros entre un 85% y un 100% en relación a la vivienda base, que corresponde a la letra E, detalla la web institucional del Minvu.

Teniendo en cuenta estos datos y las posibilidades que están al alcance de la mayoría de las personas, Caruso recomienda ubicarse entre las letras B y C de la escala.

Finalmente, invertir para abastecer el hogar con energía solar puede ser una decisión perfectamente rentable para lograr un mayor ahorro energético.

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