Con la llegada del invierno y el descenso de las temperaturas, una pregunta recurrente entre quienes tienen perritos se relaciona con si es adecuado que sus mascotas duerman afuera o dentro de casa. El bienestar de los perros durante la temporada fría depende de varios factores, entre ellos, la temperatura, el espacio disponible, la edad del animal y, por supuesto, el vínculo emocional que mantiene con su familia humana.

En hogares donde el perro es un miembro integral de la familia, la decisión sobre dónde dormir no solo se basa en la conveniencia, sino también en la salud física y emocional del animal. Los expertos señalan que el lugar en el que el perro pasa la noche tiene un impacto directo en su bienestar general, sobre todo en condiciones climáticas extremas.

Cuando las temperaturas bajan considerablemente, los perros también pueden sufrir los efectos del frío, tal como ocurre con los humanos. Según los expertos de la ONG británica Guía Canina, algunos de los peligros más comunes para los perros en invierno incluyen la hipotermia, congelación, intoxicación por anticongelante y deshidratación

Dormir bajo techo durante el invierno no solo los protege del frío extremo, sino que también ayuda a prevenir enfermedades y mejora su bienestar emocional. Aquí te dejamos algunos síntomas de congelación a los que debes estar atento:

  • Piel pálida, gris o azul
  • Hinchazón y dolor en la zona afectada
  • Ampollas en la piel
  • Cojera o dificultad para poner peso sobre la extremidad afectada

Si notas alguno de estos síntomas en tu perro, es crucial que busques atención médica de inmediato.

El impacto del cambio de estación en los perros

El cambio de estación puede afectar tanto física como emocionalmente a los perros. En invierno, los animales pueden ser vulnerables a la hipotermia si están expuestos demasiado tiempo al frío. Los perros pequeños, de pelaje corto o mayores son más propensos a perder calor rápidamente, lo que puede llevar a complicaciones graves.

Por otro lado, un ambiente excesivamente caluroso puede provocar golpes de calor o deshidratación. Según los veterinarios, lo ideal es permitir que los perros tengan acceso al interior y al exterior durante el día para que puedan ejercitarse y tomar el sol, pero garantizar que durante la noche se encuentren en un espacio cerrado y protegido dentro de la vivienda.

Para muchos, la solución más sencilla es permitir que los perros duerman bajo techo en un área específica donde puedan descansar sin estar expuestos a las inclemencias del tiempo. Aunque no necesariamente significa permitirles dormir en la cama o compartir habitación, es importante crear un espacio interior seguro, cálido y cómodo.

Los veterinarios coinciden en que la exposición al frío extremo durante la noche puede traer consecuencias severas para la salud de los perros, incluyendo la debilitación del sistema inmune y, en casos graves, la hipotermia. Los perros necesitan estar cerca de su grupo humano, ya que la cercanía emocional fortalece su bienestar general.

Cada perro tiene necesidades específicas según su tamaño, edad y antecedentes. Por ejemplo, los perros más jóvenes o aquellos con pelaje denso pueden ser más tolerantes al frío, pero siempre deben estar protegidos de las bajas temperaturas extremas. Por otro lado, perros que han sido adoptados recientemente o que provienen de situaciones de calle pueden tener una tolerancia diferente y necesitar un proceso de adaptación gradual.

Además, si algún miembro de la familia tiene alergias o sensibilidad a ciertos alérgenos, se deben tomar precauciones, como ventilar regularmente los espacios donde el perro duerme.

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