Este domingo 16 de noviembre, Chile vivirá elecciones presidenciales y parlamentarias, en la que los ciudadanos deberán elegir quién guiará al país durante los próximos cuatro años, además de sus representantes al Congreso.
En el caso de la elección presidencial, son ocho los candidatos que estarán en la papeleta y que pretenden conseguir los votos para llegar a La Moneda y convertirse en el sucesor del Presidente Gabriel Boric. El próximo Gobierno comenzará el 11 de marzo de 2026 y durará hasta el 11 de marzo de 2030.
Los candidatos que luchan por convertirse en el próximo Presidente de Chile, son (en orden en el que estarán en la papeleta), Franco Parisi, Jeannette Jara, Marco Enríquez-Ominami, Johannes Kaiser, José Antonio Kast, Eduardo Artés, Evelyn Matthei y Harold Mayne-Nicholls.
En esta elección, el voto es obligatorio, por lo que más de 15 millones de personas están habilitados para votar. Luego de la elección del 16 de noviembre, los dos candidatos que obtengan la mayor cantidad de votos, pasarán a una segunda vuelta, la cual se llevará a cabo el 14 de diciembre.
Sin embargo, este escenario solo ocurrirá si es que el Presidente no es elegido en una primera vuelta.
Qué tiene que pasar para que no haya segunda vuelta
Según lo que establece la ley, será Presidente de la República el candidato que obtenga la mayoría absoluta, es decir, que obtenga más de la mitad de los votos válidamente emitidos.
En caso de que eso no ocurra, los dos candidatos con mayor porcentaje de votos, serán quienes estén en la papeleta de la segunda vuelta.
¿Es probable que alguien gane en primera vuelta?
Según todas las encuestas de medición de cara a la elección presidencial (las cuales se podían hacer públicas hasta el sábado 1 de noviembre) ningún candidato alcanza la mayoría absoluta.
Antes de la veda de encuestas, estas posicionaban a Jeannette Jara en primer lugar, pero con porcentajes que varían entre un 25 y un 30%, seguida de José Antonio Kast, quien aparece con porcentajes que se mueven entre un 20 y un 23%, por lo que la probabilidad de que alguien se imponga en primera vuelta es altamente lejana.