El estudio Innoprofile, elaborado por la consultora Transforme y el Centro de Innovación de la Universidad Católica de Chile, está basado en la teoría de "El ADN del Innovador", de Clayton Christensen. Este, mide el perfil innovador en base a cinco cualidades fundamentales: cuestionar, observar, conectar, experimentar y asociar.

En términos generales, en el estudio se observa que la experiencia prima sobre la edad, dado que el grupo de 60 a 64 años posee un perfil más innovador, seguido por el rango de 35-39 años, continuado por el de 55-59 años, y dejando atrás a la generación millennial. Además, otro de los datos que se revelan, es que en general hombres y mujeres se desempeñan de manera similar en roles de innovación, si bien las mujeres sobresalen en su capacidad de "Observar y Conectar", y los hombres sobresalen como "Cuestionadores y Asociadores".

Para Rocío Pérez, gerenta de Estudios de Transforme, la principal aptitud que debe tener una persona es la de simplemente atreverse: La persona que busque trabajar bajo este cargo, debe estar en constante generación de nuevas ideas, lo que se debe traducir en acciones concretas para resolver problemas o capitalizar nuevas oportunidades, ojalá de la forma más novedosa posible”, explicó Pérez.

En cuanto a la formación académica, el estudio Innoprofile muestra que las personas con pregrado de Ciencias, Biología y Química obtienen los perfiles innovadores más altos, seguidos por Informática. Sin embargo, Pérez comenta que esto no es siempre lo más importante: “La mayoría de las empresas están recién exigiendo postgrados en el tema, los que son recientes, por lo que tener un segundo estudio formal no siempre es requisito. Lo más relevante es que esa persona esté muy atenta a las nuevas tendencias y tener la visión de cuáles serán las siguientes prácticas en la industria que se mueve”.

Al comparar a Chile con otros diez países de la región, se observa que los chilenos son más cuestionadores y experimentadores que el resto, mientras los profesionales de Ecuador los superan en observación y conexión.

"Chile va por un buen camino, dado que la mayoría de las carreras de pregrado han incluido la innovación y emprendimiento en sus mallas, se trabaja por proyecto desde la ideación hasta la validación de problemas y se utilizan conceptos tipo elevator pitch para vender sus ideas. Además, hay una creciente oferta de postítulos sobre estas materias", concluyó la gerenta de Estudios.

Si quieres conocer más detalles de este estudio, ingresa a la página del Centro de Innovación de la Universidad Católica de Chile aquí.

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