“¿Sabes qué es la libertad?”, le pregunta Sensei a Bob Ferguson. Ante su respuesta negativa, él dice: “No tener miedo”. Eso es lo que hace justamente Paul Thomas Anderson en su nueva película Una batalla tras otra, donde no teme llevarnos al borde del asiento con casi tres horas de vértigo.
Protagonizada por Leonardo DiCaprio, sigue la vida de Bob Ferguson, un ex-revolucionario que junto a su esposa (Teyana Taylor) cometen diversos atentados para cumplir los mandamientos de un grupo llamado ‘French 75’. Al momento de sentar cabeza debido a su embarazo, la vida de ambos cambia, una más que otra. Decir que acá inicia la acción sería mentir, ya que desde la primera escena se va desenvolviendo una atmósfera frenética de violencia y persecuciones.
A ratos, la intensidad se ve muy determinada por la música, que marca momentos y ayuda al ritmo en escenas más prolongadas, aunque sin quitar mérito al montaje rápido y movimientos de cámara, que permiten mantener el suspenso sobre todo en las persecuciones en auto. Ojo a una de las escenas finales, dirigida magistralmente por Anderson.
Como en otras de sus exitosas producciones, las actuaciones son clave para lograr que la historia funcione. A los ya mencionados DiCaprio y Taylor, se suman Chase Infiniti, Benicio del Toro y Sean Penn. Este último en un papel que sorprende no sólo por su credibilidad, también por lo que añade al personaje, con gestos, ticks y actitudes que completan al maniaco militar que interpreta, Steven J. Lockjaw.
Perseguidos por este personaje, Ferguson y su hija recorrerán las carreteras, tiendas y hasta un convento para escapar del psicótico que quiere no solo acabar con ellos, también cobrar venganza de las humillaciones del pasado, cuando los ‘French 75’ lo atacaron.
Con menos temáticas que otras de sus películas pero igual de poderosa en su mensaje añadiendo críticas a los gobiernos, el tráfico de drogas y la migración, Una batalla tras otra ofrece casi tres horas de metraje sin desperdicio, logrando sorprender tras cada giro, en un guion escrito por el mismo Anderson y basado parcialmente en la novela Vineland de Thomas Pynchon.
Favorita a ser candidata en varias categorías de los Premios Oscar, la nueva aventura de Paul Thomas Anderson nos entrega un trasfondo marcado por la canción The Revolution Will Not Be Televised del poeta estadounidense Gil Scott-Heron, cuyo primer verso podría resumir muy bien la película: “No podrás quedarte en casa, hermano”, porque deberás ir corriendo a verla al cine, mejor si es en IMAX.
Mira el tráiler acá: