Reconocimiento. A las 18 horas, Evelyn Matthei fue la primera de los ocho candidatos en salir a hablar. En un mensaje breve reconoció su derrota, felicitó a los ganadores y agradeció a su equipo y a los partidos que la apoyaron. Luego visitó el comando republicano donde hizo un llamado a apoyar a José Antonio Kast, despejando de inmediato las dudas que existían sobre si se tomaría una foto con él.

  • Obtuvo el peor de los resultados proyectados por el comando y las encuestas. Con un 90% de los votos escrutados, quedaba en quinto lugar, con un 12,6%.
  • “Hoy son otros los llamados a avanzar en la carrera presidencial (…) Por favor apoyen en segunda vuelta al candidato Kast, básicamente porque es súper importante que no continúe este gobierno en el poder”, dijo
  • En sus intervenciones, la candidata no se refirió a sus sentimientos ni sus reflexiones sobre las causas que explicaran la derrota.

El punto de quiebre. El 8 de junio, la encuesta Plaza Pública Cadem detectó por primera vez que Kast (con 17%) superaba a Matthei (16%) en menciones espontáneas de preferencias presidenciales. La candidata de ChileVamos ponía fin en ese momento a 13 meses consecutivos liderando los sondeos como favorita para llegar a La Moneda. Su caída se revelaría irremontable.

  • ¿Qué ocurrió? El analista Pepe Auth ha señalado que su caso será materia de estudio de cómo perder una elección que se tenía por ganada.
  • La baja en las encuestas de Matthei comenzó algunas semanas antes, al menos en abril de 2025, y coincide con la irrupción de Jeannette Jara. Su entrada polarizó el tablero lo que favoreció a Kast. Con una candidata viable del PC el discurso más moderado de Matthei se percibía insuficiente para enfrentarla para el electorado de derecha. El centro político se estrechó y dejó de ser atractivo electoralmente.
  • Además, Matthei venía proyectando una candidatura de gestión, experiencia y “orden”. Pero Jara reintrodujo el conflicto ideológico y esa narrativa perdió espacio.

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Se impone Kast. Kast supo leer el escenario y en una campaña de pocos errores -con los aprendizajes de sus dos elecciones anteriores- mantuvo un discurso duro de combate a la delincuencia, crecimiento económico y salir de la “mediocridad” del actual gobierno. En el electorado se instaló el voto útil de “sólo Kast puede enfrentar a Jara”.

Autogoles. Uno de los errores más importantes de Matthei -comentan en Chile Vamos- es que se confió y mantuvo hasta muy avanzada la campaña a un equipo “municipal”, sin profesionalizar el comando.

  • Perdió muchos puntos por la ausencia de primarias presidenciales en la centroderecha. En las semanas finales a las inscripciones, el sector intentó levantar unas primarias con Francisco Chahuán, Luciano Cruz-Coke y Rodolfo Carter como rivales. Pero era reacia a esa alternativa, luego se allanó un período a realizarlas y finalmente las desechó.
  • Las primarias, dicen en Chile Vamos,  le hubiera dado valioso espacio en la franja de tv, en los debates y en la agenda mediática. Tiempo que fue acaparado por el oficialismo. Además le hubiera dado un triunfo como puntapié a su campaña y la hubiera obligado a conformar tempranamente un comando.

Los ataques de bots. Otro elemento que le jugó en contra, que para el comando generó gran impacto, fue la arremetida en redes sociales de cuentas bots y trolls para instalar falsamente que padecía alzhéimer. Según estudios de redes, entre el 21 y el 25 de junio hubo un bombardeo digital de más de 70 cuentas contra ella.

  • También se difundió un video adulterado donde se le mostraba confusa y olvidando las palabras.
  • El ataque iba al corazón de los principales atributos de Matthei como eran su capacidad ejecutiva, su agudeza y experiencia.
  • La candidata debió dedicar varias jornadas a desmentir el tema y también se enfrascó en una extensa polémica con Kast a cuyos seguidores responsabilizó del ataque coordinado.

Vaivenes del comando. Muchas veces las noticias sobre ella, más que ideas programáticas, eran sucesivos relanzamientos y reajustes en el equipo de campaña.

  • En un comienzo las líneas eran definidas con la asesoría de los timoneles de Chile Vamos. Recién en abril, Matthei presentó a Diego Paulsen como generalísimo y a un equipo de 11 voceros conformado por parlamentarios y alcaldes.
  • Pero la falta de coordinación y una línea única de las vocerías fue mal evaluada y disolvió ese grupo en junio. Ese mes también renunció la jefa de comunicaciones Carla Munizaga.
  • El 5 de agosto entraron al comando como dupla fuerte el empresario Juan Sutil y el senador Juan Antonio Coloma para darle mayor dirección política y estratégica al comando. A los pocos días renunció el asesor ecuatoriano Daniel Pérez Pallares , cerebro de la cuestionada táctica de confrontar a Kast.
  • Matthei optó por un nuevo diseño de voceros temáticos y en las últimas semanas tomaron fuerza las voces de Cruz-Coke y Ximena Rincón para apuntar al electorado de centro.
  • El diseño con muchos caciques y exceso de opiniones y deliberaciones generó una estrategia difusa hacia los adversarios y sobre los ejes centrales programáticos.
  • Mientras los mensajes de Kast, Jara o Kaiser eran nítidos no existía una sóla línea en el comando de Matthei. A veces apuntaba a buscar apoyos de la antigua Concertación, otras polemizar con Kast y otras mantener un discurso más hacia la derecha.

Frases desafortunadas. Errores no forzados fueron los tropiezos en temas de derechos humanos, un tema ajeno a su campaña que la obligó a desviarse de su agenda y dar explicaciones . En abril en radio Agricultura dijo que que era “inevitable” que hubiese muertos en los primeros años de la dictadura militar, hasta 1978. Después dijo que el plan nacional de búsqueda de detenidos desaparecidos “para mucha gente no es búsqueda, es venganza”.

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