-Te fuiste a Madrid buscando nuevos horizontes laborales. ¿Piensas que en Chile hay una carga negativa que te sigue persiguiendo?
-A mí me sorprende que sigan apareciendo artículos sobre algo que ya está superado. En Chile las personas nos quedamos asociadas con algo que ya pasó. Las páginas culturales en Chile son más bien escasas, y de los actores se acuerdan cuando están ligados a algún hecho judicial o qué sé yo.
-¿Está superado tu caso?
-Absolutamente superado por todos lados. No solo está superado, sino que realmente tengo una excelente relación con la madre de mis hijos. Hay asociaciones feministas que tienen cierto poder de veto sobre algunas personas. A uno se le saca una foto y esa cosa es un archivo y esa es la noticia. Yo decidí guardar silencio. Sigo trabajando. Y eso es todo.
-¿Tu oportunidad laboral estaba fuera de Chile?
-Desde el año 2022, lo entendí claramente. Yo ya había realizado una carrera en el extranjero. Me cuento de los pocos actores chilenos afortunados que pueden desarrollar una carrera afuera. Hice en México una película que se estrenó en 2023 en 1200 cines. Se llama Confesiones, dirigida por Carlos Carrera. Además, hice dos series de televisión. Una se llama Las Viudas de los Jueves, de Marcelo Piñeyro, que está en Netflix. Y La Máquina, con mi amigo Gael García Bernal.
-¿Trabajaste también en Argentina y en Perú?
-Hice una película que se llama La Costurera en Perú junto a Aitana Sánchez-Gijón bajo la dirección de Daniel Rodríguez Risco. Ella es una gran actriz española, con la que me encuentro aquí en la esquina, en el metro, en el centro de Madrid, cerca de donde vivo. Después estuve trabajando en Argentina, hice Salvajes. Y otra que se llama El Retorno, una intriga vaticana.
-Es un tema recurrente tuyo. Hiciste de Karadima y estuviste en Los dos papas.
-A mí la Santa Madre Iglesia me ha dado mucho trabajo (se ríe). La dirige Marcela Luchetta. Antes hice Los dos papas, que cobró relevancia con la muerte de Francisco. Fuera de eso, estoy a la espera de una película que seguro va ser una noticia. Un filme precioso que se llama Borges and Me.
-¿Te refieres al libro de Jay Parini sobre su amistad con el autor argentino? Ha sido muy elogiado.
-Sí. Es una preciosa novela sobre un hecho real: cuando Borges quería viajar a las Tierras Altas de Escocia y le pide ayuda a un joven escritor. Es un viaje de cinco días maravilloso, maravilloso. La dirige un señor bien importante que se llama Mark Turtletaub.
-¿Cómo te enfrentaste al personaje Borges?
-Bueno, estudiando mucho. Enfrentarse a ese personaje fue extraordinario. Yo te diría que es uno de los trabajos más lindos que he hecho.
-Te ha tocado hacer personaje históricos…
-Sí, me siento bendecido. Y estoy a la espera también de la película que va a ser de suyo polémica en Chile, que se llama La fuente, sobre el caso de Carlo Siri, dueño de la ex Fuente Alemana en Plaza Italia durante el estallido social. La película está terminada y está en etapa de postproducción. Queremos que el estreno sea coincidente con el aniversario del 18 de octubre.
Me sorprende mucho cuando insisten con que yo me tuve que venir de Chile cancelado. La situación para los actores chilenos es delicada para todos. Yo me siento muy bendecido de poder trabajar fuera de Chile. Tengo nacionalidad italiana.
-¿Son mercados en general cerrados en Europa para los latinos?
-Si, pero afortunadamente hay una buena red de agentes que me mueven por todos lados. He hecho pruebas en Italia., para el mercado americano. Unos de mis pocos talentos es tener facilidad para los idiomas y los acentos. Puedo hablar como español, mexicano, argentino.
-¿Con Borges, cuya primera lengua era el inglés, fue difícil?
-Pero curiosamente hablaba inglés como argentino. Borges fue mi amigo durante cuatro meses. Y sigue siendo. Me despertaba y me dormía escuchando a Borges… El pensaba en un inglés exquisito, culto, pero a la hora de hablar hablaba con acento porteño. Hasta me tuve que aprender unos poemas anglosajones, en idioma antiguo.
-¿Te aburriste de Santiago, del que Teillier decía que era una provincia?
-El problema de Chile es que no se escribe de cultura, sino de farándula. Los actores, incluso los grandes, la están pasando mal, pero nadie lo dice. No me quejo. Todos los días salgo al Parque del Retiro a hacer ejercicio y le agradezco a la vida. Nadie ha dicho que sea fácil, pero me extraña que sigan volviendo a un caso judicial ya resuelto. Y voy a dar la pelea hasta donde se pueda, porque siento que en nuestro país hay flojera y falta de creatividad. Chile queda demasiado lejos.
-Hablando de política, ¿cómo ves la elección presidencial? ¿Votarías por Jara?
-No voy a cometer el error de decir cuáles son mis preferencias electorales. Chile está viviendo un momento de inflexión importante. Pero me decepciona mucho, tengo 62 años, y esperaba vivir otra cosa. Chile se fue a un lado que no me gusta. Es muy curioso que se hable todavía de este clivaje pueblo-elite. Las zancadillas de ambas coaliciones son impresionantes. La próxima elección puede ser muy tensa, son dos polaridades, dos extremos. Pese a todo, a la democracia hay que defenderla, gane la izquierda o la derecha. A la gente hay que escucharla, no descalificarla.