Por qué importa. Los antecedentes revelados este martes en la audiencia de formalización de cargos en contra de cinco funcionarios de la Fuerza Aérea de Chile (Fach) —hoy dados de baja— mostró que el caso de narcotráfico en esa rama de las Fuerzas Armadas era más extendido de lo conocido inicialmente.
- La fiscal regional Trinidad Steinert y el fiscal jefe de Iquique Gonzalo Valenzuela detallaron que previo a la interceptación de cuatro kilos de ketamina el 3 de julio en la base aérea Los Cóndores de Iquique habrían ocurrido al menos otros dos traslados de drogas a Santiago, aparentemente en enero y mayo de 2025.
- También se reveló que los funcionarios involucrados no eran sólo de la Primera Brigada Aérea de Tarapacá, sino que también del Grupo 10 de Pudahuel, al poniente de Santiago. De los cinco, tres eran de Santiago.
- Para todos se solicitó prisión preventiva como autores de tráfico y parte por asociación ilícita.
- Asimismo, se reveló que el traslado fue posible aprovechando los laxos controles que funcionarios de la Fach realizaban a maletas adicionales cuando se trataba de favores pedidos por otros miembros de la institución. Esta arista involucra también a oficiales de la Fach.
- El caso causó alarma en La Moneda porque se sumó a un caso de tráfico de cocaína ocurrido en junio en el Ejército. También generó una disputa de competencias entre la justicia militar y civil, zanjada en favor del Ministerio Público.
Cómo se inició el tráfico. En su declaración ante el fiscal de aviación, el cabo primero Mauricio Ponce, 31, relató que en enero de este año se encontró en una discoteque de Bellavista, Santiago, con un grupo de personas, entre ellos uno con el que había jugado fútbol de forma amateur.
- Comenzaron a hablar y estos relataron que eran delincuentes. Él contó que trabajaba en la Fach. La conversación derivó hacia la posibilidad de que trasladara drogas del norte a Santiago.
- Ponce dijo haber tenido una deuda de $25 millones, por lo que accedió. Según testificó, como una forma de asegurar que cumpliría, sus contactos amenazaron verbalmente con hacer daño a su familia.
- El acuerdo fue que recibía un millón por cada maleta que trasladara.
Logística. El cabo segundo Elías Villalonga Martínez, del grupo de aviación número 10 de la Fach, declaró que “desde el mes de enero de este año comenzamos a hablar con el cabo Ponce, quien me señalaba que tenía problemas económicos, que le habían embargado su vehículo por no pago”.
- “Tenía el contacto de un chileno quien me cancelaría una cierta cantidad de dinero por el traslado de drogas desde la ciudad de Iquique a Santiago”.
- “A fines del mes de enero del presente año Ponce viajó en comisión de servicio en el Hércules por cinco días a la ciudad de Iquique y, una vez llegando, realizó las coordinaciones para que Ponce se comunicara con la gente encargada de entregar la droga”.
Entrega fallida. En su declaración policial, Ponce testificó que “el 29 de junio del presente año, al mediodía me escribe por WhatsApp Villalonga, quien me pregunta si puedo hablar, a lo que señalé que sí”.
- “No recuerdo bien qué me dijo: que si los cabros ya se encontraban allá o que si la maleta ya fue entregada a su compañero de curso de nombre Rivas, cabo segundo de la Fuerza Aérea, por lo que debíamos efectuar los contactos tanto con el mecánico de cancha como con el tripulante del vuelo donde no se logró el envío de la maleta, ya que el avión salió antes, por lo que no se concretó este traslado de drogas”.
El favor. María Rebolledo, también del grupo 10 de la Fach, declaró que “Ponce se comunicó por teléfono conmigo el día de ayer (2 de julio), me pidió trasladar una maleta suya en el vuelo (…) del cual yo era jefe de cabina”.
- “A su pregunta, puedo señalar que respecto del traslado de la maleta sólo tuve comunicación con el cabo Ponce”.
- “Me dijo que se la dejase en la llamada ‘jaula’ y que luego él la retiraría. La ‘jaula’ es un sector dentro de un hangar”.
- “Desconozco si la maleta (…) fue controlada en el grupo de operaciones de base, ya que me la pasó el mecánico de cancha del avión (…) en un lugar alejado”.
El paquete interceptado. “A eso de la una hora aproximadamente le envié un mensaje por vía WhatsApp a Villalonga, señalándole que cagamos, ya que habían bajado la maleta para revisión por parte de Aduanas”, declaró Ponce.
- “(Es en ese) instante en que se comunica conmigo a través de una video llamada, señalándome que estuviera tranquilo, que no iba a pasar nada malo, que había que esperar a que saliera el avión, momento en que me llega un mensaje de la cabo primero Rebolledo contándome la situación de la maleta, que había sido bajada por la revisión”.
Eliminación de evidencia. “Luego de conversar con Villalonga comencé a borrar los mensajes de nuestra conversación, uno por uno, para luego borrar la conversación completa”.