Panorama general. La madrugada del 25 de marzo, la lancha pesquera artesanal Bruma naufragó frente a las costas de la Región del Biobío, presuntamente tras colisionar con el buque pesquero Cobra, un PAM de alta mar. La tragedia sigue bajo investigación, pero nuevos antecedentes técnicos apuntan a una inquietante hipótesis: que el Bruma simplemente no era detectable —ni visual ni tecnológicamente— en el momento del accidente.
- Así lo plantea Alfonso Kaiser, ingeniero naval y capitán de fragata (r), que elaboró un informe técnico titulado “Después de la Bruma: riesgos reales de colisión y lecciones para no repetir la tragedia”.
- En él sostiene que la lancha Bruma habría incumplido una serie de medidas básicas de visibilidad y seguridad: “Nadie supo que el Bruma estaba fondeado en ese lugar. Nadie avisó, nadie lo vio. No solo el Cobra: tampoco los otros tres pesqueros que transitaron por la zona durante esa madrugada”, señala.
- El documento no busca establecer responsabilidades judiciales, sino identificar fallas operativas previas al evento crítico. Bajo esa mirada, se analizan una serie de omisiones que, según Kaiser, explican por qué nadie detectó a la Bruma esa noche.
La falta de vigilancia humana. Una de las conclusiones más categóricas del análisis es que no existía vigilancia activa a bordo del Bruma al momento del accidente. “Es como si tú pusieras el avión en piloto automático y el piloto se va a acostar. Todos se van a acostar”, describe Kaiser en conversación con Ex-Ante.
- La embarcación no habría mantenido guardias ni observación visual durante el fondeo nocturno, lo que impidió cualquier acción preventiva o de emergencia cuando otra nave se aproximaba.
- La ausencia de guardias no solo impide emitir alertas —como bengalas, luces o mensajes por radio—, sino que deja a la embarcación completamente pasiva ante un entorno de riesgo. “La peor negligencia es no estar atento a las condiciones”, sentencia Kaiser.
Fondear en una zona de alto tráfico sin señal. El lugar donde el Bruma decidió fondear es una zona de alto tránsito marítimo. Se estima que hasta 150 embarcaciones pueden cruzar un tramo de apenas 3 kilómetros. No es un lugar protegido, ni una bahía recomendada para fondeo, y esa noche el mar estaba especialmente agitado.
- “Es probable que, con el motor detenido y sin generación eléctrica, todo el sistema de visibilidad y comunicaciones estuviera apagado, y los tripulantes posiblemente dormían”, plantea Kaiser en su documento.
- En esas condiciones, con olas que podían ocultar completamente la nave, su presencia en el radar o a simple vista era prácticamente nula.
La invisibilidad al radar. Otro punto clave es que la Bruma, construida en madera y con un perfil bajo, era difícil de detectar incluso con tecnología avanzada.
- Los estudios citados en el informe indican que embarcaciones de este tipo tienen una firma radar extremadamente baja, que se hace aún más imperceptible en condiciones de mar agitado como las de esa madrugada, con olas de hasta 5 metros.
- Aunque el buque Cobra contaba con sistemas ARPA y radar en bandas X y S, eso no garantiza la detección de un blanco con tan poca sección reflectora.
- “El radar no es infalible y tiene muchas fallas, sobre todo en condiciones de mar y con una lancha madre. Es como si el radar fuera un oído en medio de un concierto: el eco se pierde entre el ruido de fondo”, explica Kaiser. Su informe subraya que incluso con los mejores sistemas, ha habido colisiones similares documentadas en Reino Unido y EE.UU.
El AIS estaba instalado pero desactivado. Una de las herramientas más efectivas para la navegación segura en zonas de alto tráfico es el sistema AIS (Automatic Identification System), que emite por VHF la ubicación, rumbo y velocidad del buque, como una especie de “Waze del mar”. El Bruma lo tenía instalado, pero no lo tenía activado.
- “Si tú estás comprometido con tu seguridad, lo tienes que dejar prendido. No lo dejó prendido”, afirma Kaiser. Esto impidió que el Cobra —o cualquier otro buque— pudiera visualizarlo digitalmente en sus sistemas.
- El AIS, a diferencia del radar, no requiere visibilidad directa ni buenas condiciones climáticas para funcionar, por lo que su desconexión representa una omisión grave, dice el autor del análisis.
La combinación de luces apagadas y falta de reflectores. Además de carecer de AIS activo y vigilancia visual, la embarcación no habría emitido ningún tipo de señalización pasiva o activa. Las luces de fondeo, que permiten ver embarcaciones detenidas en la noche, tampoco habrían estado operativas.
- “Si no lo vieron, es porque no tenía luces”, resume Kaiser. A esto se suma que la nave tampoco utilizó reflectores radar, elementos metálicos que aumentan la visibilidad frente a otros barcos.
- Tampoco se registraron llamados radiales por el canal 16 de emergencia ni por frecuencias de seguridad como “Sécurité” o “Pan-Pan”.
- La única notificación conocida fue un mensaje de WhatsApp enviado por uno de los tripulantes a un familiar. Ninguno de los pesqueros que circularon por el área entre las 2 y 6 AM reportó haber detectado la embarcación por ningún medio.