No saldrá gratis. Pese a la serie de especulaciones anteriores, el actual Ministro de Desarrollo Social logró zafar de la acusación constitucional en la Cámara de Diputados. Si bien el desgaste en los medios, y la serie de operaciones que tuvo que hacer el gobierno a través de la Segpres no saldrán gratis, puede respirar tranquilo el Presidente.

  • La caída de su alfil no tenía efectos prácticos en el gobierno, pero era un golpe moral al Frente Amplio en momentos que entre sus aliados crecen las voces de descuelgue.

El principal argumento de la acusación no tenía ningún sentido. El conflicto con la ex seremi Patricia Hidalgo puede verse muy oscuro en redes sociales pero es justamente el trabajo de los ministros: mantener alineados a las autoridades intermedias. La forma en que fue despedida fue sin dudas brusca, pero está dentro de sus funciones.

  • El comunicado posterior culpándola del fallecimiento de una menor no es para nada juego limpio, pero no constituye una violación de la constitución. La segunda parte sobre supuestas faltas en el nuevo Servicio de Mejor Niñez no lograba sostenerse en los argumentos.

En la derecha había incomodidad de bailar al ritmo republicano. Esta acusación fue armada por el Partido Republicano y agitada en redes sociales, aprovechando el alto rechazo que genera la figura del Ministro Jackson. Para muchos sectores de la derecha, si llegaba a aprobarse iba a ser un éxito de José Antonio Kast, en la previa de una elección.

  • Prueba de esta dificultad fueron las hordas de bots que en redes sociales acosaron a los parlamentarios de Chile Vamos que tenían dudas ante una acusación que no tenía sentido. El argumento era siempre su rol en acusaciones constitucionales anteriores, como hizo ver poco antes de la votación el influencer @pdvn.

El Frente Amplio, para defender a Jackson, optó por contradecir su propia historia. Varios quedaron asombrados con la línea comunicacional que se eligió para defender al ministro en redes sociales. Los argumentos de la minuta que circuló es el sinsentido de dicha acusación. Algunos plantearon que le estaban quitando tiempo a discutir proyectos de ley útiles para las personas. Lo curioso de ese argumento, es que dicha coalición cuando estaba la oposición ocupó las acusaciones como si fuera una partida de bowling.

  • El propio Jackson votó favorablemente 11 de ellas, incluyendo la acusación al Ministro Raúl Figueroa por querer abrir los colegios y participó en una operación de lobby para dar la mayoría a la acusación contra el Presidente Piñera.

La DC negoció muy bien sus votos. Uno de los temores era que se sumaran a una eventual mayoría contra Jackson cuando la derecha todavía parecía alineada para destituir al Ministro. El presidente de dicha coalición hábilmente logró sacar de la Moneda una declaración de complacencia con la existencia de dos listas para el consejo constitucional.

  • Eso permite a dicho partido aliarse con el socialismo democrático y no tener que ir a mirarle la cara a otras fuerzas de centro. El cumplimiento de la palabra empeñada convierte a Alberto Undurraga en un interlocutor confiable para la Moneda.

La pregunta que sigue en el aire es cuál es el costo de mantener a Jackson como ministro. En términos ajedrecísticos, Jackson no es el alfil, sino el rey. Esto en el sentido, que mantenerlo vivo justifica cualquier otra estrategia. Así como el gobierno cedió al Senado mandando el nombre de Valencia para Fiscal Nacional, y dejó de defender la lista única para no incomodar a la DC, cabe preguntarse que más estará dispuesto a hacer el Presidente por cuidar a su principal ministro.

  • Uno de los efectos inmediatos de esta crisis es el fortalecimiento del rol de la Ministra Segpres, quien ha actuado con pragmatismo y prudencia en el Congreso. Pero seguir defendiendo a Jackson también le costará puntos necesarios para cuando deba sacar la agenda legislativa del gobierno.

La relación entre Boric y Jackson no es comparable a Piñera–Chadwick. Si bien los anteriores tenían una relación familiar y el ex ministro Andrés Chadwick era el principal jugador en las estrategias política, Jackson y Boric son más parecidos a la dupla Lennon–McCartney para el Frente Amplio donde uno pone la música y otro el carisma.

  • Su separación es el principio del fin de dicha coalición, y así pareciera que lo entienden todos que salieron a defender al fundador de Revolución Democrática a como diera lugar. El presidente lo incluyó en su momento en la lista de próceres que espera sean recordados como lo son los líderes históricos de la DC. Cuando hizo el cambio de gabinete optó por dejarlo físicamente en la Moneda, y sin bien el ministro ha sido más prudente en sus apariciones, sigue siendo un símbolo.

Un político más sensato optaría por irse y así cuidar al Presidente. Si bien libró en esta ocasión, no compró un seguro para el futuro. La oposición podría actuar como un hábil boxeador y pegar siempre en el hígado porque sabe cuánto desgaste provocan los ataques al ministro. Lo razonable en un político clásico es partir y así no tener ese riesgo constante.

  • El ingeniero sigue siendo un político con futuro al que le vendría muy bien una travesía por el desierto, su reconocido historial en el movimiento estudiantil y su rol de fundador del Frente Amplio le garantizan suficiente capital en la historia. En su momento evaluó irse a estudiar con Mariana Mazzucato, y si lo hace ahora descomprimiría bastante las relaciones políticas. Si bien se salvó ahora, la libreta con anotaciones no se ha borrado.
  • Todo el ataque a Jackson también desgasta la marca Frente Amplio, y por cierto RD. Si bien cada vez más los partidos de dicho conglomerado se institucionalizan y surgen otros liderazgos su presencia en el gabinete conlleva también desgaste a una marca que pareciera no tocar fondo. En ese sentido, las propias volteretas para defenderlo no saldrán gratis. Se ha logrado una buena victoria, pero a un precio muy alto.
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