Los mensajes de Siches y su gabinete: Han mantenido contactos con parlamentarios de Antofagasta -región donde falleció el camionero Byron Castillo, en un incidente por el que fueron formalizados por homicidio 3 ciudadanos venezolanos, desatando bloqueos de rutas de camioneros-, afirman distintos legisladores que fueron contactos. Los mensajes fueron dos. 1) Que van a trabajar un plan para la crisis migratoria en el cual los anuncios se realizarán con celeridad apenas Boric asuma. 2) Que el plan se trabajará de “forma colaborativa”, escuchando a diversas autoridades de la zona.

  • Lo último obedece a que -habrían argumentado- la administración actual no habría logrado tender puentes fluidos en una región cuyos parlamentarios, alcaldes y gobernadores son en su mayoría de oposición a Piñera (de la ex-Concertación, el FA y un alto número de independientes).
  • Los contactos los realizó la propia Siches en algunos casos, y sus equipos para la crisis migratoria -comandados por el médico Matías Libuy, quien se reunió con gobernadores de la macrozona norte- entre otros. Algunos fueron días después de muerte de Byron Castillo, luego de la cual el Gobierno decretó Estado de Excepción para bajar el paro. Otras conversaciones venían de antes y se retomaron
  • Entre los parlamentarios contactados estos días han estado 2 que serán senadores de Antofagasta durante el próximo período. Se trata de Pedro Araya (ind. PPD, quien se reeligió) y el actual diputado regionalista verde Esteban Velásquez, quien saltó al Senado.
  • Antes de la crisis, Boric se reunió con Paulina Núñez (RN), quien también llegará a la Cámara Alta. El mandatario le indicó que se contacte con Siches para trabajar en medidas, lo que se producirá cuando la doctora llegue de sus vacaciones.

El diagnóstico de los parlamentarios: Las conversaciones se basaron en un análisis del vínculo que han tenido algunos migrantes con fenómenos delictivos, la sobrecarga de servicios por el aumento de la población y su incidencia en conflictos entre chilenos y migrantes, y en medidas de seguridad, donde surgió tangencialmente la presencia de FF.AA en la zona. Aunque no abordaron la continuidad del Estado de Excepción en un gobierno de Boric, algunos senadores le transmitieron a Siches que el problema de la medida adoptada por Piñera es que abordaba solo las provincias fronterizas.

  • La iniciativa se adapta, por ejemplo, a la realidad de Tarapacá, donde migrantes ilegales cruzan por Colchane producto de ser una ruta de pocos kilómetros. Pero se le indicó que no ocurre lo mismo en Antofagasta, donde el conflicto está radicado en la ciudad. La frontera de esa región es muy inhóspita para cruzarla, y la presión migratoria está situada en la capital regional.
  • Esa diferencia se produce porque a Antofagasta llegan migrantes ilegales desde Iquique, tras pasar por Tocopilla y Mejillones. A esos grupos pertenece -transmitieron los parlamentarios- la porción de extranjeros que ha participado en delitos o focos de conflicto con camioneros en la ruta a Mejillones (en la que murió Castillo).
  • Otro mensaje también fue que el gobierno de Boric debía abordar el abandono de la zona por sucesivos gobiernos (daños ambientales por industrias, déficit de vivienda y en atención en salud, y problemas seguridad ciudadana y en carreteras), el que generaban sobrecarga en servicios sociales y problemas en el empleo, motivando la conflictividad.
  • Paulina Núñez le propuso a Boric -antes de que estallara la crisis- lograr un acuerdo transversal frente a la crisis migratoria, que abarque tanto a quienes piden control de fronteras como a quienes priorizan una mirada de DD.HH. de los migrantes, afirman conocedores de la conversación.
  • Un acuerdo de estas características -le habría indicado- pasaba porque la derecha no tomara la crisis como “bandera política” contra Boric, pero también porque él acceda a medidas más restrictivas y al uso de las FF.AA. en ciertas labores.

Qué significa: Aunque aún no se zanja un plan -Siches y su equipo han escuchado a las autoridades locales más que comunicar definiciones-, la próxima ministra ha emprendido en forma reservada acciones, sin pronunciarse públicamente, lo que se mantendrá así al menos hasta su retorno. Ella misma transmitió a los parlamentarios que el criterio será que hasta el 11 de marzo es responsabilidad de este gobierno la crisis, lo que entrelíneas sus interlocutores entendieron como un diseño de evitar conflictos que puedan significar pasos en falso a la administración Boric antes de que siquiera debute.

  • “Hay que preguntarle al ministro Delgado que medidas va a tomar”, había dicho Siches el 31/01, cuando en Iquique ya habían algunos paros de camioneros. Desde el futuro gobierno apuntan al actual, por las demoras en el decreto para implementar la nueva ley de Migraciones.
  • Tras la muerte de Castillo, Siches solo se manifestó prometiendo “medidas efectivas”.

Por qué importa: Boric deberá tomar decisiones complejas en la materia una vez que asuma, partiendo de inmediato por evaluar si solicita al Congreso renovar el Estado de Excepción que decretó Piñera, que vence días después del 11 de marzo. La definición le supone un flanco, pues antes el mandatario electo se ha mostrado contrario a que las FF.AA asuman ese tipo de roles (ya ha dicho que no renovará el Estado de Excepción en La Araucanía). De todos modos, el no hacerlo podría traerle costos ciudadanos -en encuestas la mayoría se inclina por medidas más duras contra la migración-, al igual que el emprender el proceso de regularización de migrantes ilegales que contempla su programa.

  • Para parlamentarios de su sector, esa medida -que el actual director de Extranjería Álvaro Bellolio ha calificado de “perdonazo”- debería ser reevaluada por Boric. “Es políticamente inviable en este contexto de crisis migratoria”, afirma un consultado.
  • Y sobre el Estado de Excepción, Velásquez y Catalina Pérez (diputada RD) se manifestaron a favor de la medida de Piñera.
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