Por qué importa: Entre el lunes 23 y el sábado 28 de este mes Michelle Bachelet visitó China durante 6 días. Se trata de la primera visita que un Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos realiza a China desde 2005. Estuvo en Xinjiang, la cárcel de la ciudad de Kashgar en el noroeste del gigante asiático donde diversos organismos acusan que se comete genocidio contra la minoría uigur. Allí viven 12 millones de personas.

  • Según diversas filtraciones a medios de comunicación, un millón de habitantes han sido maltratados y encarcelados en el lugar. Para China se trata de centros de formación profesional.
  • El objetivo de la autoridad es redactar un informe sobre la situación de los derechos humanos en los lugares que visitó.

Human Rights Watch en China: La directora de la entidad Sophie Richardson, señaló a Bloomberg que “la visita logró justamente lo que el gobierno de China quería para paliar las críticas contra la situación de los derechos humanos”.

  • La Alta Comisionada, según la crítica de la directora de Human Rigths Watch, “legitima la propaganda del gobierno chino en torno a las violaciones de los derechos humanos y quizá lo peor de todo es que las soluciones propuestas por la Alta comisionada propone son exactamente las que en el pasado han fallado”.
  • Recalcó “la importancia de llevar a cabo una investigación creíble sobre los crímenes de lesa humanidad. Para eso está mandatada la institución. Eso es lo que ha hecho en otras ocasiones donde ha habido violaciones a los derechos humanos y si hace una excepción con el gobierno de China estaría estableciendo un doble estándar”.

La posición de Bachelet: Durante las semanas previas a su viaje, Bachelet enfrentó críticas de alrededor de 200 ONGs y diversos gobiernos. Los cuestionamientos apuntaban a que se trataba de un “instrumento de propaganda en materia de derechos humanos” para Beijing.

  • Según el medio El País, Bachelet se reunió con líderes del gobierno local y representantes de la sociedad civil. “Esta visita no era una investigación; las visitas oficiales de los altos comisionados son por naturaleza muy prominentes y, simplemente, no permiten el tipo de trabajo detallado, metódico y discreto de una investigación”, señaló la alta comisionada en una rueda de prensa por videoconferencia antes de emprender regreso a Ginebra. El valor de su viaje estuvo en la posibilidad de abordar la situación de los derechos humanos en Xinjiang y el resto de China con las máximas autoridades del país.
  • Advirtió sobre la ausencia de un control judicial en los “centros de formación profesional”, alegaciones de uso de la fuerza, maltratos y denuncias de restricciones a la libertad religiosa y “particularmente el impacto en los derechos de los uigures y otras minorías musulmanas”.

Su discurso en la universidad de Guagzhou: Durante su estadía, Bachelet estuvo en Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Guangzhou donde dijo que “la educación en materia de derechos humanos nos invita a todos a participar en un diálogo sobre cómo los derechos humanos pueden traducirse en nuestra propia realidad social, económica, cultural y política”.

  • “Proporciona soluciones concretas a los retos a los que se enfrentan las personas.  Faculta a las personas a identificar sus derechos humanos —y los de los demás—, a exigirlos y defenderlos. Como tal, supone una gran inversión en la construcción de un futuro justo, pacífico y equitativo para todos”, concluyó.
  • “La supervisión y la presentación de informes independiente sobre las violaciones de derechos humanos, con una metodología rigurosa, es una forma decisiva e imparcial de recopilar información precisa sobre los conflictos y sobre su impacto en las personas. Por medio de estos métodos podemos determinar la verdad y adoptar medidas para mejorar la rendición de cuentas”.
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