Destinos turísticos. La recién fallecida actriz francesa Brigitte Bardot no solo fue un ícono del cine, sino también una creadora involuntaria de destinos turísticos. Con su sola presencia, transformó dos remotos pueblos costeros en epicentros del glamour internacional: Saint-Tropez en Francia y Búzios en Brasil.

De aldea a ícono de glamour. La historia comenzó en 1956, cuando su entonces esposo, el director Roger Vadim, decidió filmar “Y Dios creó a la mujer” en Saint-Tropez, que en ese entonces era un tranquilo pueblo de pescadores en el sur de Francia.

  • El éxito de la película puso a Saint-Tropez en el centro de la atención mundial, como símbolo del lujo y el glamour de la Costa Azul. Bardot adquirió su famosa residencia La Madrague en 1958, consolidando su vínculo permanente con el lugar.
  • El fenómeno fue tal que hasta el entonces Presidente de Francia, Charles De Gaulle, señaló que “Brigitte Bardot aporta más divisas a Francia que Renault”.
  • En sus últimos años, Bardot lamentó que su refugio francés se hubiera convertido en una “ciudad de millonarios” sin encanto. La actriz, que buscaba paz durante los últimos años de su vida, terminó siendo la arquitecta involuntaria de su propia falta de privacidad.

Descanso en Búzios. Pero fue en Brasil donde la magia de Brigitte Bardot alcanzó dimensiones casi míticas. En 1964, durante el rodaje de la película brasileña “Viva Maria!”, Bardot visitó por primera vez Armação dos Búzios, acompañada por su novio de entonces, el productor brasileño-marroquí Bob Zagury. Búzios era entonces una pequeña villa de pescadores, de difícil acceso.

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  • Su primera estadía se extendió por cuatro meses, entre enero y abril de 1964. Ella se hospedó en la Playa de Manguinhos, en una casa sencilla buscando tranquilidad después del lanzamiento de “El desprecio” (1963), dirigida por Jean-Luc Godard.
  • Como era su deseo, pasaba casi inadvertida en el pueblo, consiguiendo por un tiempo la paz que buscaba.
  • Sin embargo, el secreto no duró mucho, ya que los paparazzis la siguieron y las fotografías de ella en las playas de Búzios se difundieron, convirtiendo al pueblo en un destino turístico.

La transformación del balneario. La segunda visita de Brigitte Bardot a Búzios fue más corta, entre diciembre de 1964 y enero de 1965.  Sin embargo, la prensa se dirigió al lugar y no pudo tener una estadía tranquila. Nunca más volvió al balneario brasileño.

  • Después de ello, Búzios salió del anonimato y se convirtió en un punto turístico internacional, semejante a lo que sucedió con Saint-Tropez en Francia.
  • De hecho, la antigua aldea de pescadores ubicada a poco más de 170 kilómetros de Río de Janeiro, pasó a ser conocida como el “Saint-Tropez brasileño” y entró en la ruta del turismo internacional y de las personalidades del jet set.
  • En 1999 se inauguró incluso la Orla Bardot, un paseo marítimo donde se instaló una escultura en bronce de la actriz. La obra fue hecha por la escultora Christina Motta y hoy es uno de los puntos más fotografiados de Búzios.

 

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