Por AFP / T13

Como es usual en Viernes Santo, el Papa Francisco fue el encargado de presidir el Vía Crucis en la Ciudad del Vaticano. 

La ceremonia se realizó en el Coliseo de Roma, donde se recorrieron las 14 estaciones que recuerdan los pasajes que Jesús tuvo que enfrentar antes de ser crucificado. 

Estas estaciones estuvieron acompañadas por meditaciones realizadas por 15 jóvenes que tienen entre 16 y 27 años, de las cuales 3 fueron hechas por hombres y 12 por mujeres.

En la ceremonia el Papa Francisco reconoció sentir "vergüenza" por dejar a las jóvenes generaciones "un mundo fracturado por las divisiones y las guerras". "Nuestras generaciones están dejando a los jóvenes un mundo fracturado por las divisiones y las guerras, un mundo devorado por el egoísmo en el que los jóvenes, los niños, los enfermos, los ancianos son marginados", lamentó el Sumo Pontífice. 

También fustigó "la lepre del odio, del egoísmo, de la arrogancia", estimando que "sólo el perdón puede vencer el rencor y la venganza, sólo el abrazo fraternal puede disipar la hostilidad y el miedo del otro".

Reagrupados alrededor del inmenso anfiteatro, luego de pasar estrictos controles de seguridad, unas 20.000 personas, muchos con velas en las manos, siguieron antes en silencio la ceremonia nocturna del Vía Crucis, que revive las diferentes etapas del calvario de Jesús desde su condena a muerte hasta su crucifixión y sepultura.

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