Estados Unidos expulsa diariamente a decenas de migrantes de distintas nacionalidades por un pequeño y desértico poblado en la frontera con México alegando motivos de salud pública, en medio de la pandemia de coronavirus, acusaron este viernes activistas. 

Bajo la ley estadounidense, los agentes de la patrulla fronteriza pueden procesar y expulsar a los migrantes sin tener que trasladarlos a las estaciones migratorias por "intereses humanitarios y de salud pública".  

"Llegan entre 70 y 80 diarios. Puede ser a cualquier hora, pero a la mayoría los expulsan de madrugada", dice a la AFP Alejandro Calderón, un migrante cubano de 55 años encargado de atender migrantes en un albergue ubicado en Puerto Palomas de Villa, un poblado del norteño estado de Chihuahua fronterizo con Columbus, Nuevo México, ubicado a más de 150 km de Ciudad Juárez. 

Calderón -quien pasó un año en el sur de México para después viajar al norte a fin de buscar asilo en Estados Unidos- calcula que al menos 3.000 migrantes han sido recibidos en el albergue. 

Según él, los migrantes son expulsados a ese poblado, donde las temperaturas llegan a superar los 40 grados centígrados, sin importar por qué puerta fronteriza hayan ingresado a Estados Unidos y sin ningún tipo de prevención por posibles síntomas de coronavirus. 

"No nos preguntan nada (sobre el virus). Pero los agentes de migración nos tratan horrible, con un asco total y nos dicen que es porque está la posibilidad de que tengamos covid", dice Nancy Soto, una hondureña que cruzó por Ciudad Juárez hacia Estados Unidos con su hijo de cinco años, aunque fue detenida minutos después y enviada al desértico poblado. 

Para el sacerdote Francisco Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante de Ciudad Juárez, la expulsión de los migrantes bajo esas condiciones es una violación a sus derechos humanos, pues son enviados a un lugar remoto, en medio de la pandemia, sin medidas sanitarias por parte de ninguno de los dos países.

"Si algo ha faltado en Juárez, en Chihuahua y en México es que ninguna organización civil ha tenido el valor de defender los derechos humanos de los migrantes. Pasan la frontera  por Juárez y Estados Unidos los regresa más vulnerables", dijo.

El Hope Border Institute, una organización civil, dijo en un informe que bajo el proceso normal de asilo y migración, las personas estarían encerradas por horas o días, poniendo en riesgo su salud, según el gobierno estadounidense.

Agrega que si bien esto es cierto, la decisión de las autoridades estadounidenses evade la responsabilidad que tienen las agencias fronterizas de garantizar un nivel de atención adecuado y humano bajo su custodia, un problema crónico que precede a la crisis de la COVID-19.

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