AFP

"Varios misiles alcanzaron el aeropuerto de Tayfur", reportó SANA, que afirmó en un primer momento que "se sospecha de un ataque estadounidense", antes de retirar toda referencia a Estados Unidos en sus informaciones posteriores. 

El Pentágono reaccionó asegurando que sus fuerzas armadas "no realizan ataques aéreos en Siria". 

"Muertos y heridos en el bombardeo de misiles contra el aeropuerto de Tayfur", agregó SANA, citando una fuente militar. 

Un poco antes, Donald Trump y Emmanuel Macron "condenaron firmemente los ataques químicos del 7 de abril contra la población de Duma en Guta Oriental", según un comunicado del Elíseo divulgado tras una conversación telefónica entre ambos mandatarios el domingo por la noche. La presidencia francesa no citó explícitamente al gobierno sirio.

Ambos presidentes "intercambiaron informaciones y análisis que confirmaban la utilización de armas químicas", precisó la presidencia francesa.

Emmanuel Macron y Donald Trump también "decidieron coordinar sus acciones y sus iniciativas en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas" que se reunirá el lunes, agregó el Elíseo. 

Por su parte, la Casa Blanca señaló en un comunicado que los mandatarios acordaron que el régimen de Damasco debía ser considerado responsable "de sus continuas violaciones de los derechos humanos" y que ambos países debían "coordinar una respuesta fuerte y común". 

París ha amenazado en varias ocasiones con bombardear objetivos militares sirios si se demuestra el uso de armas químicas. En tales circunstancias, "golpearemos", avisó en febrero Emmanuel Macron. 

Hace un año, el presidente estadounidense ordenó bombardear una base del régimen sirio en represalia a un ataque con gas sarín, que tres días antes había matado a más de 80 civiles en Jan Sheijun (noroeste). 

Presunto ataque químico

El domingo, los Cascos Blancos (socorristas que operan en las zonas rebeldes en Siria), un grupo insurgente así como la oposición en el exilio acusaron al régimen de haber llevado a cabo ataques con armas químicas el sábado en Duma, el último reducto en manos de los rebeldes, en Guta Oriental, cerca de Damasco y que Bashar Al Asad trata de reconquistar con una intensa ofensiva.

El régimen sirio negó cualquier ataque químico en esa zona, que sus fuerzas parecían estar a punto de reconquistar completamente el domingo por la noche. 

La Unión Europea consideró que había indicios que apuntaban "a un nuevo ataque químico perpetrado por el régimen".

En cambio, Irán denunció un nuevo "complot" contra el presidente Al Asad y un "pretexto para una acción militar", mientras que el régimen calificó las acusaciones de "farsa" y de "fabricaciones".

Mientras que un asesor de Trump declaró que no podía descartarse una acción militar, Moscú advirtió a Washington contra una intervención "por pretextos fabricados" y que podría "conllevar las más fuertes consecuencias". 

En paralelo, Rusia solicitó otra reunión del Consejo de Seguridad, que tratará sobre "amenazas a la paz en el mundo", según fuentes diplomáticas. 

 'Escenas espantosas' 

Fue imposible confirmar estas informaciones por fuentes independientes. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que obtiene sus informaciones utilizando una red de informantes en toda Siria, no pudo confirmar estas denuncias.

Los Cascos Blancos y la oenegé SAMS (Syrian American Medical Society) afirmaron que 48 personas murieron en este ataque con "gas tóxico" y que se registraron "más de 500 casos, en su mayoría de mujeres y niños" con "síntomas de una exposición a un agente químico".

Firas al Dumi, socorrista en Duma, evocó "escenas espantosas". "Había muchas personas sofocándose, algunas murieron inmediatamente", dijo a la AFP. "Era una masacre. Había un olor muy fuerte que provocó dificultades respiratorias en los socorristas".

Rebeldes evacuados en Duma 

Por otro lado, tras dos días de intensos bombardeos, rebeldes y familiares suyos empezaron a ser evacuados hacia el norte de siria el domingo por la noche, según la agencia oficial SANA, en virtud de un acuerdo cerrado con el grupo rebelde Yaish Al Islam. El pacto también preveía la liberación de rehenes retenidos en Duma por los rebeldes.

Gracias al apoyo militar de Moscú, el régimen controla más de la mitad de Siria, un país desgarrado por una guerra que dejó más de 350.000 muertos.

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