La explosión se produjo este lunes en la zona de alta seguridad de Pul-i-Mahmoud Khan, en el centro de Kabul, informó en su cuenta oficial de Twitter el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Nasrat Rahimi.

El ataque comenzó con la detonación de un vehículo cargado de explosivos y a continuación "varios hombres armados entraron en un edificio", indicó el portavoz sin aportar más detalles.

"El área está rodeada por las fuerzas especiales, que están tratando de acabar con ellos lo antes posible", concluyó.

El atentado causó al menos 65 heridos, entre ellos nueve niños, que fueron trasladados a varios hospitales de la capital, aseguró a la agencia Efe un portavoz del Ministerio de Salud Pública, Wahidullah Mayar.

El objetivo del ataque aún no está claro, reconoció portavoz de la Policía de Kabul, Firdaws Faramarz. Ningún grupo insurgente ha reivindicado todavía su autoría.

Tras la explosión, que pudo ser oída a varios kilómetros de distancia, se levantó una intensa columna de humo.

Entre las instalaciones próximas al lugar se encuentra la sede del canal local Shamshad TV, donde varios de sus empleados resultaron heridos por la explosión, según reveló a Efe uno de sus periodistas.

Kabul ha sido golpeada con varios atentados en lo que va de año, el último de ellos de relevancia ocurrido hace un mes, cuando una bomba lapa colocada en un autobús en el que viajaban funcionarios afganos causó cinco muertos y una decena de heridos.

El atentado de hoy se produjo mientras una delegación talibán y representantes de Estados Unidos concretan en Catar la séptima ronda de reuniones para abordar las negociaciones de paz para Afganistán.

Ambas partes buscan una salida a casi dos décadas de conflicto armado en la nación asiática, aunque hasta ahora los talibanes se han negado a sentarse en la misma mesa con el Gobierno afgano

Según los últimos datos difundidos por el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR), del Congreso de Estados Unidos, el control del Ejecutivo de Kabul ha alcanzado su punto más bajo desde que se comenzó a contabilizar el dato en 2015, con apenas un 54 % del territorio en sus manos.

Publicidad