En medio de la tortuosa espera por la remoción de los escombros de una escuela derrumbada por el terremoto en México, una historia ha capturado la atención de los mexicanos que esperan ver salir con vida a más niños desde esa demolición.

Los rescatistas han logrado ubicar a una niña viva bajo los escombros de la escuela Enrique Rebsamen, al sur de Ciudad de México, que colapsó en el terremoto.

Se pide silencio y quietud absoluta mientras un escáner térmico es introducido por una grieta de 45 centímetros de diámetro desde donde se logró tener contacto con la pequeña la tarde de este miércoles.

"Estamos muy, muy cerca de personas que podrían estar vivas. Estamos trabajando junto con cámaras térmicas y unidades caninas. Por momentos guardamos silencio absoluto para escuchar a los sobrevivientes. Ellos suelen gritar o golpear paredes", dijo Pamela Díaz, una panadera de 34 años que desde el martes trabaja en el rescate.

La niña tiene 11 años. Algunos dijeron que se llamaba “Frida”, pero lo cierto es que su nombre se ha mantenido bajo reserva a la espera de su rescate, ojalá exitoso.

Los tres pisos del colegio cayeron uno sobre otro  después de que una de las alas del edificio sucumbiera ante la fuerza del movimiento.

Con picos, palas e incluso a mano limpia, los voluntarios están sumidos en una angustiante carrera contrarreloj para encontrar con vida a los al menos 30 niños -según cifras oficiales- que siguen desaparecidos.

Hasta ahora, 11 niños y al menos una maestra han sido rescatados con vida de entre los escombros.

Otros 21 menores y cuatro adultos no corrieron igual suerte en el edificio.

Afuera de la escuela un puñado de madres envueltas en frazadas sufren mientras esperan noticias de sus hijos desaparecidos en la escuela. Algunas padecen crisis nerviosas y no logran articular palabra.

La profesora María del Pilar Martí habló por ellas y explicó que los niños no alcanzaron a salir tras el sismo.

"Nos tuvimos que resguardar en nuestros salones hasta que pasara el temblor (...) Se vino una nube de polvo cuando se colapsó una parte del edificio totalmente", dijo a la cadena Televisa.

Frente a la escuela, dos personas sentadas en una mesa con una computadora hacen las veces de "centro de control" para llevar una lista de los niños muertos, rescatados y desaparecidos.

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