AFP

La primera aborigen australiana que llegó al parlamento, se sentó esta semana en el hemiciclo con un manto ceremonial familiar y contó en su primer turno de palabra que cuando era niña no estaba considerada como ciudadana por el Estado.

Linda Burney, una antigua profesora de 59 años, hizo historia en julio al convertirse en la primera mujer aborigen elegida en la cámara baja del parlamento en las elecciones generales.

En su discurso, la parlamentaria dijo que el cuero de canguro "cuenta su historia", mientras otra mujer wiradjuri cantó desde la audiencia. 

"Es la carta de mi vida, en él está el tótem de mi clan, la iguana, y mi tótem, la cacatúa blanca", dijo al parlamento en su primer día en funciones, el pasado miércoles. 

Burney aseguró que con él traía al espíritu guerrero Wiradjuri a la capital, en Canberra, en un discurso en el que evocó su origen y su niñez en Nueva Gales del Sur. 

"Yo nací en un momento en que el gobierno de Australia sabía cuántas ovejas había, pero no cuántos aborígenes", dijo Burney. "Yo tenía 10 años antes de que el referéndum de 1967 lo dejara establecido. Antes de eso no era ciudadana", destacó la parlamentaria de 59 años. 

Esa consulta estableció un cambio en la constitución para que los pueblos originarios fueron incluidos en los censos. 

La población aborigen de Australia es víctima de pobreza y de la exclusión, que provoca niveles de educación, esperanza de vida y problemas sociales por debajo de la media australiana.

"La parte aborigen de mi historia es muy importante, es el núcleo de lo que soy", dijo Burney. "Pero no voy a permitir ser estereotipada y no voy a ser etiquetada", indicó. 

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