Dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados la noche del lunes en una iglesia de la comunidad de Cerocahui, en el estado mexicano de Chihuahua, junto a un guía turístico que buscaba refugio en el templo cuando era perseguido por una persona armada.

Los cuerpos de los clérigos, identificados como Javier Campos Morales, de 78 años y Joaquin Césaer Mora Salazar, de 80 años, así como el de la tercera víctima, Pedro Eliodoro P. G., fueron robados y aún se desconoce su paradero.

Una persona ha sido identificada como sospechosa de los hechos, pero las autoridades mexicanas no revelaron su identidad.

El incidente ha consternado a la comunidad jesuita del país, que a través de un comunicado de prensa ha pedido protección al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre todo en las zonas con fuerte presencia del crimen organizado.

Este martes, en su conferencia de prensa matutina, el mandatario reconoció los altos índices de violencia que enfrenta la sierra de Tarahumara, donde se ubica Cerocahui, en el norte del país.

"Es una zona de bastante presencia de la delincuencia organizada. Parece que se tiene ya información sobre los posibles responsables de estos crímenes", manifestó.

El presidente confirmó la versión de las autoridades e indicó que el guía turístico era perseguido cuando intentó resguardarse en la iglesia.

Antes de los asesinatos, también en Chihuahua, se reportó el secuestro de cuatro turistas; dos hombres, una mujer y un menor de edad. Ninguno ha sido encontrado todavía.

Las víctimas fueron secuestradas de un hotel de la zona, informó la agencia Reuters, que citó a fuentes policiales no identificadas.

Reclaman los cuerpos

La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en México, Guillermo Fernández Maldonado, dijo que los dos sacerdotes eran parte del equipo de religiosos y laicos que realizaba desde hace más de dos décadas "un importante trabajo social" con la comunidad indigena Rarámuri.

Por su parte, Luis Gerardo Moro Madrid, provincial de la Compañía de Jesús en México, condenó los hechos en un parte de prensa.

"Fueron asesinados en el contexto de violencia que vive este país, luego de intentar defender a un hombre que buscaba refugio en el templo y que era perseguido por una persona armada", sostuvo.

"Exigimos justicia y la recuperación de los cuerpos de nuestros hermanos que fueron sustraídos del templo por personas armadas", añadió.

El sacerdote también denunció la violencia que aqueja al norte de México, en donde personas son asesinadas "todos los días arbitrariamente".


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