Una celda de 12 metros cuadrados en el Complejo Médico Penal de Curitiba fue el lugar de reclusión del empresario brasileño Marcelo Odebrecht durante dos años y medio. Una mansión de 3.000 metros cuadrados es el lugar donde cumplirá el resto de su condena.

Odebrecht, encontrado culpable en el mayor escándalo de corrupción en Brasil, que ha salpicado a políticos de toda América Latina, fue beneficiado este martes con un arresto domiciliario.

Lo cumplirá en un condominio de Morumbí, un acomodado barrio de San Pablo.

El empresario deberá llevar una tobillera electrónica.

Medios de comunicación locales describen el complejo habitacional como una suerte de fortaleza que le garantizará privacidad y lo mantendrá alejado de curiosos, críticos e incluso de sus propios vecinos.

Agentes privados de seguridad custodian el acceso e identifican a todos los suntuosos vehículos que ingresan al predio. Rara vez se ve gente entrando o saliendo a pie.

Piscina, gimnasio, sauna, bodega, sala de juegosy cine privado forman parte de las comodidades de la vivienda. El paisaje se completa con un jardín diseñado especialmente.

Agentes del sector inmobiliario estiman que el precio de las propiedades en ese condominio varía de los US$3 millones a los US$15 millones, según el tamaño.

Acuerdo judicial

El empresario de 49 años, heredero de la constructora que lleva su nombre y es una de las mayores compañías de América Latina, fue condenado a 31 años y medio de prisión en dos los siete procesos que se sustancian en su contra.

Sin embargo, un acuerdo de colaboración con la justicia redujo la pena a 10 años.

Según las condiciones impuestas, tras los próximos dos años y medio de arresto domiciliario Odebrecht podrá acceder a un régimen semiabierto de otros dos años y medio, en los que podrá salir a trabajar.

En los dos últimos años y medio, en tanto, sólo tendrá que permanecer en esa casa los fines de semana.

Los datos aportados por Odebrecht provocaron escándalos políticos en diversos países de Latinoamérica como Panamá, Ecuador y Perú, entre otros.

El heredero

Hasta 2015, antes de que quedara envuelto en casos de corrupción, Marcelo Odebrecht gozaba de una vida de éxitos como heredero de la empresa familiar.

Su abuelo Norberto, descendiente de alemanes, fundó la compañía constructora en 1944.

Al mando de sus padres, la firma se expandió. Durante el gobierno militar que tomó el poder en Brasil en 1964, la empresa comenzó a construir carreteras, hidroeléctricas y centrales nucleares como la de Angra dos Reis.

Con el tiempo llegó a ser considerado como uno de los mayores grupos industriales de Brasil, con negocios en los sectores de energía, biocombustibles, defensa y petroquímica, entre otros.

En 1979, la compañía Odebrecht comenzó a operar en el extranjero, y construyó proyectos hidroeléctricos en Perú y Chile.

Desde entonces, y frecuentemente con apoyo de préstamos del gobierno brasileño, amplió sus operaciones en casi toda América Latina, en varios países de África y en Estados Unidos. Se convirtió en la mayor constructora de la región y una de las mayores del mundo.


 

Publicidad