Durante ya varias décadas, Kishore Mahbubani ha estado estudiando, analizando y escribiendo sobre las complicadas relaciones entre Asia y Occidente, y entre sus dos superpotencias: China y Estados Unidos.

Son dos regiones que el distinguido académico e investigador de la Universidad Nacional de Singapur conoce muy bien.

A lo largo de su extensa carrera como diplomático, Mahbubani trabajó en países asiáticos como Malasia y Camboya, y en ciudades occidentales como Washington y Nueva York, donde llegó a ocupar el puesto de embajador de Singapur ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Aunque advierte que aún es demasiado pronto para hacer conclusiones, el singapurense no escatima en subrayar lo bien que los países asiáticos han manejado la pandemia de coronavirus.

"Esta crisis ha demostrado que los países asiáticos pueden funcionar tan bien, y hasta mejor, que las sociedades occidentales", dice con firmeza.

Y las cifras de muertos por covid-19 le dan la razón.

EE.UU., hasta ahora el país más afectado por la crisis sanitaria, acaba de superar el trágico número de 100.000 fallecidos por covid-19, seguido por Reino Unido que se acerca a los 40.000 e Italia con poco más de 33.000.

Mientras que China, el país donde surgió el virus, ha registrado menos de 5.000 muertes hasta el momento. En Japón, Corea del Sur, Malasia, Singapur y la gran mayoría de los países asiáticos el número de fallecidos es inferior a 1.000.

Lo que sigue es un resumen del diálogo con este académico singapurense, quien considera que Occidente debería aprender las lecciones de Asia en esta crisis, pero la "arrogancia occidental" y un "miedo subconsciente de seguir un modelo amarillo" se lo impide.

"¿Por qué las sociedades occidentales tienen tanto miedo de aprender de Asia?", se pregunta.


¿Cómo se explica que Asia, donde se detectaron los primeros casos de covid-19, haya logrado contener el brote y limitar el número de muertes más rápidamente que Occidente, donde el virus llegó más tarde?

Todavía estamos en medio de la batalla y aún no sabemos cuál será el resultado final. Si mañana Estados Unidos inventara un medicamento milagroso que resolvería todo, todo el mundo diría: "Gracias a Dios que tenemos a EE.UU.".

Pero hasta ahora no hay duda de que las naciones asiáticas han manejado la crisis mucho mejor.

Si nos fijamos en las muertes por millón de habitantes, Bélgica tiene alrededor de 700, Italia más de 500 Reino Unido igual y EE.UU. cerca de 300 muertes por cada millón. En Asia, países como Japón, Corea del Sur, China, Singapur, Taiwán, Hong Kong, Vietnam, tienen todos una tasa menor a 100.

Es una diferencia asombrosa e impactante. Estas cifras parecen indicar que las naciones de Asia del Este han manejado, de manera general, mejor la pandemia de coronavirus.

Y mi explicación es que en Asia Oriental se ha enfatizado la importancia del gobierno y el respeto a las instituciones, mientras que en Estados Unidos ha pasado lo contrario.

¿Nos puede dar ejemplos?

En EE.UU., desde los tiempos de Donald Reagan, cuando el expresidente aseguró: "el gobierno no es la solución a nuestro problema, el gobierno es el problema", siempre ha habido una deslegitimación, desmoralización y un desfinanciamiento de las instituciones gubernamentales.

Como resultado, muchas instituciones estadounidenses que fueron respetadas durante mucho tiempo en todo el mundo ahora han perdido ese respeto, como la Administración Federal de Aviación después de la crisis del Boeing 787, la Agencia de Medicamentos y Alimentación o los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades durante la pandemia actual.

Mientras que en EE.UU., han estado tratando de debilitar a su gobierno, en Asia tratan de fortalecerlos.

¿Cuál ha sido el error más grande de EE.UU. en el manejo de esta crisis?

Richard Horton de The Lancet dio una entrevista en la que dijo que a finales de enero, The Lancet había publicado cinco artículos que hablaban del nuevo virus que acababa de aparecer.

Publicaron cinco artículos sobre el virus: se dijo que era mortal, que estaba matando gente, que el número de muertes estaba aumentando, que había pacientes ingresando a las salas de emergencia...

Los artículos de The Lancet indicaban que no había tratamiento para el virus, que se trasmitía de persona a persona y señalaban la creciente importancia de contar con equipos de protección personal.

También advertían sobre el potencial pandémico de este virus. Para la última semana de enero ya todo esto se había publicado. Europa y Estados Unidos decidieron no hacer nada durante las semanas que siguieron la publicación de estos artículos.

Ahora, Estados Unidos se empeña en culpar a China. Deberían retroceder y cuestionarse. ¿Por qué no actuaron ante las advertencias dadas por los periodistas de The Lancet cuando alertaron que una epidemia se estaba expandiendo?

¿Ha China cometido algún error? ¿Cuál?

Al principio, me creí la narrativa dada por algunos medios de que los chinos cometieron errores al inicio de la crisis y silenciaron a aquellos que lanzaron advertencias.

Pero hace un par de días se publicó un artículo que realmente expone que no es cierto que China estaba tratando de ocultar información. Recuentan todo con hechos y detalles.

Mis amigos médicos, expertos en este coronavirus, me dicen que cuando un nuevo virus aparece siempre hay confusión y nadie sabe exactamente lo que está pasando.

Creo que tal vez los chinos pudieron haber reaccionado más rápido. Sin embargo, es fácil reaccionar rápidamente cuando ha habido advertencias, como las que recibieron EE.UU. y Europa en las últimas semanas de enero. A principios de ese mes, China no contó con esa suerte.

¿Considera que la pandemia marcará un resurgimiento de China como una potencia aún más importante en la escena global?

No creo que esté relacionado directamente con la pandemia. En mi libro, "Has China won?", hablo de que el regreso de China era inevitable porque junto con India siempre fue una de las dos principales economías del mundo, desde el año uno hasta los 1800.

En los últimos 200 años hemos visto en la historia mundial un claro dominio occidental. Se trata de una anomalía histórica y todas las anomalías tienen su final natural.

El retorno de China e India está pasando. Pero, por supuesto, si al final de esta batalla contra el covid-19 los registros muestran que China ha sido mucho más competente que Estados Unidos en el manejo de la pandemia, esto acelerará el resurgimiento de China.

Para resaltar una estadística importante, si EE.UU. tuviera la misma cantidad de muertes por millón de habitantes que China, tendría menos de 1.000 en comparación con las 100.000 que tiene ahora.

¿Entonces, cree que China se convertirá en la primera potencia mundial?

Tenemos que dividir esta pregunta en dos partes.

¿Se convertirá China en la economía más grande del mundo? Sí, China se convertirá en la economía más grande del mundo.

Pero, ¿se convertirá en la potencia líder mundial? La respuesta es no: China, a diferencia de Estados Unidos, no desea gobernar el mundo. No tiene absolutamente ningún deseo de asumir el tipo de roles y responsabilidades globales que Estados Unidos quiere hacer.

Como explico en mi libro, si Estados Unidos actúa con astucia y con cuidado, puede retener su puesto como primera potencia mundial, pero ese poder debe reposar en un poder moderno, un "soft power" (poder blando), y no en poderío militar.

Durante décadas, Occidente ha sido el modelo a seguir para el resto del mundo, ¿cree que esto será diferente en la era post-coronavirus?

Por supuesto. Hay aspectos de la civilización occidental que claramente siguen siendo los mejores del mundo. China no está ganando la batalla contra la covid-19 utilizando medicina tradicional china, sino gracias a la medicina occidental.

La mejor tecnología y la mejor ciencia todavía provienen de Occidente. Las mejores universidades del mundo aún se encuentran en el mundo occidental.

Hay aspectos de Occidente que continuarán generando el respeto del resto del mundo, pero la capacidad de Occidente para dominar el mundo como solía hacerlo se está acabando.

Por ejemplo, Occidente está haciendo ruido sobre Hong Kong, pero esta crisis demostrará que Occidente ya no puede determinar el futuro de Hong Kong.

¿Cree que Asia se convertirá en un modelo para el mundo post-coronavirus?

La razón por la cual los países asiáticos han tenido éxito es porque han estado estudiando, entendiendo y absorbiendo lo que yo llamo la sabiduría occidental.

Occidente ha sido muy generoso al exportar su sabiduría a Asia. Por eso muchas naciones asiáticas han tenido éxito. Un ejemplo de esto es Japón con sus reformas durante la era Meiji en los años 1860.

Y ahora, esta crisis ha demostrado que los países asiáticos pueden funcionar tan bien, y hasta mejor, que las sociedades occidentales.

El mundo ya no necesita de un flujo de aprendizaje unidireccional donde Asia aprende de Occidente. Necesitamos que los asiáticos continúen aprendiendo del mundo occidental, pero que ahora Occidente se pregunte: ¿por qué no aprendemos algo de Asia?

El mundo necesita de un flujo de aprendizaje bidireccional.

Pero hasta ahora, ni Europa ni EE.UU. han enviado una delegación a Asia para que estudie por qué los países asiáticos parecen estar haciéndolo mejor.

Occidente parece tener miedo de aprender de Asia, pero no entiendo por qué. ¿Por qué las sociedades occidentales tienen tanto miedo de aprender de Asia?

Las relaciones entre Estados Unidos y China han sufrido un considerable deterioro en los últimos años. ¿Qué ha llevado a que la retórica antichina en EE.UU. y la antiestadounidense en China se endurezcan cada vez más?

Esto es un tema sobre el que podría escribir un libro completo. En mi libro "Has China Won?", explico que hay fuerzas que afectan las complicadas relaciones entre Estados Unidos y China. Te voy a hablar de tres de las principales causas estructurales.

Primeramente, está el hecho de que durante años la mayoría de los expertos ha estado señalando que la potencia número dos del mundo, que hoy es China, está a punto de convertirse en la potencia número uno, posición que actualmente retiene Estados Unidos.

Esto históricamente ha generado tensiones geopolíticas entre la potencia número uno y la número dos. Lo que está sucediendo entre EE.UU. y China era completamente predecible y sigue todo un patrón histórico.

En segundo lugar, si China fuera una potencia occidental, Estados Unidos se sentiría más cómodo con el hecho de que los chinos podrían reemplazarlos. Pero China no es occidental.

Y para empeorar las cosas, en Occidente siempre ha existido un temor a que los hombres amarillos dominen el mundo, ese miedo subconsciente de seguir un modelo amarillo explica las reacciones emocionales estadounidenses ante el ascenso de China.

Y en tercer lugar, hay factores estructurales. Los estadounidenses solían creer que cuanto más Estados Unidos se involucrara con China. China se volvería de manera progresiva más y más como EE.UU.

Esto, por supuesto, fue una pésima suposición. Sería muy extraño que un país con una cultura milenaria dejara que otro que tiene solamente un cuarto de su población, como EE.UU., lo cambie. Ese es un claro ejemplo de la arrogancia occidental.

Hablemos de los eventos recientes en Hong Kong y las amenazas de Donald Trump. Algunos analistas piensan que Hong Kong es una causa perdida. ¿Está de acuerdo con esto? ¿Qué cree que EE.UU. y el resto de los países occidentales deberían hacer respecto a Hong Kong?

Como sabes, Hong Kong fue robado por los británicos luego de la Guerra del Opio en 1842. Más tarde, los amos coloniales británicos tuvieron que entregar Hong Kong a China.

Una cosa triste que hicieron los británicos fue que, mientras gobernaron en Hong Kong durante 150 años, no facilitaron la creación de una clase política hongkonesa.

Y ahora, como Hong Kong no cuenta con la tradición de tener una clase política, está completamente perdido en sus relaciones con el mundo.

Actualmente, creo que en un esfuerzo por absolverse de su fracaso preparando a Hong Kong para su nuevo entorno, Occidente está tratando de culpar a China por lo que está sucediendo en Hong Kong.

Mi consejo para los países occidentales es que deberían ser más astutos y no usar a Hong Kong como una especie de fútbol político, sino tratar de ayudar al pueblo hongkonés diciéndole, de manera realista, que ahora son parte de China y deben resolver un nuevo pacto político con los chinos, que respete los intereses vitales de China y los de Hong Kong.

Eso es lo que Occidente debería estar haciendo.

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