Cuando se anunció en Argentina el jueves 16 de noviembre que el submarino argentino ARA San Juan estaba desaparecido desde el día anterior, la Armada de ese país se mostró calma y confiada de que se trataba de un simple problema de comunicación.

Una semana más tarde el ánimo cambió drásticamente. La Armada admite que ya se entró en una "fase crítica": si no encuentran el submarino en las próximas horas los 44 tripulantes a bordo podrían quedarse sin oxígeno.

Esta posibilidad genera una angustia generalizada pero nadie lo sufre más que los familiares de "los 44", como ya los llaman algunos medios locales.

Se trata de familias, muchas del interior del país, sencillas, de clase media o media baja, que no están acostumbradas a vivir situaciones críticas.

"Mi hijo egresó como oficial en 2004 y lleva 6, 7 años trabajando en submarinos pero nunca estuvo incomunicado ni pasamos por algo así", le contó a BBC Mundo Jorge Villareal, padre de Fernando, el jefe de operaciones del ARA San Juan.

Jorge es exmarino. Conoce los peligros del mar. Pero también sabe lo heroicos que son quienes tripulan buques, en especial submarinos.

"Fernando nunca tuvo miedo de lo que hacía. Si hubiera expresado temor no lo hubieran elegido para tripular un submarino", dice, con admiración sobre su hijo de 38 años.

Según Jorge, los submarinistas tienen un "temple especial" para lidiar con la adversidad. "Tienen que mantener la calma, no generar pánico", afirma.

Sin embargo, admite que los padres y los hermanos no están acostumbrados a estas situaciones.

"Mi esposa no quería saber nada con que fuera submarinista. Le decía a Fernando: ´Cuando salgas no me avises, avísame cuando llegues'".

Contención

Muchas de las familias de los tripulantes están reunidas en Mar del Plata, la ciudad y balneario del este de la provincia de Buenos Aires donde está basado el ARA San Juan y donde viven los marinos desaparecidos.

Ahí tendría que haber llegado el buque el lunes, según su cronograma estipulado.

Si bien la Armada nunca dio a conocer la lista oficial con los nombres de los tripulantes, los medios locales informaron quiénes son. Algunos de sus familiares, como Jorge, han hablado con la prensa.

Él y su esposa se están quedando en casa de su nuera, Lucía, a quien contienen y ayudan con su pequeña hija, Martina, de 3 años.

"Martina no sabe lo que está pasando con su papá. Ella sabe que él está trabajando, como siempre, y en su jardín no se habla de este tema", cuenta el abuelo.

Los Villareal van a veces a visitar la base naval donde están basados muchos de los familiares.

Allí reciben contención psicológica, psiquiátrica y médica.

El psicólogo de la Armada, capitán Víctor Hugo Duga, reconoció que "el ánimo de los familiares está mal, muy mal".

El especialista dijo a la radio FM Milenium que unas diez personas se descompensaron.

Esto habría ocurrido luego de que se diera a conocer este martes que unos "ruidos" supuestamente provenientes de la zona de búsqueda no eran del submarino.

"Esto generó una gran desilusión en los familiares", contó Duga.

Antes, también había generado enorme esperanza y expectativa el anuncio de que se habían detectado 7 llamadas satelitales que podrían provenir del submarino, cosa que también se descartó.

Frustración y enojo

Estas "versiones" -todas difundidas ampliamente por la prensa local- han generado mucha frustración y enojo entre los familiares.

"Es lógico que pase eso porque se crean falsas expectativas", dice Jorge.

"Por eso yo no me dejo llevar por las versiones y solo me baso en lo que dicen las fuentes oficiales".

Como exmarino, entiende los pasos que estuvo dando la Armada para buscar al submarino. Y también sabe cómo la mala situación meteorológica puede retrasar y obstaculizar estas operaciones.

En cambio otras familias han empezado a expresar su enojo por cómo se vienen manejando las cosas.

"La Armada se apegó a su protocolo y perdieron mucho tiempo buscando al submarino en la superficie", criticó ante los medios Horacio Ibáñez, hermano de Cristian, uno de los tripulantes del ARA San Juan.

"Si sabían desde un principio que no tenían equipo para buscar por abajo ¿por qué no buscaron ayuda internacional antes?", cuestionó.

A su lado, su hermana Elena también criticó al presidente Mauricio Macri por haberse reunido recién este martes con la cúpula de la Armada.

"No quiero enterrar a mi hermano", dijo, desconsolada.

"Caja de sorpresas"

A pesar de la situación, que con el paso de las horas se torna más desesperante, algunos, como Jorge, mantienen la fe.

"Soy optimista y sé que ellos están trabajando de la mejor manera posible", afirma.

"El submarino es una caja de sorpresas, está hecho para no ser detectado. Capaz están navegando a poca velocidad", señala, esperanzado.

"Todos los tripulantes del San Juan más que amigos son hermanos, todos comparten lo mismo, son parte de la familia naval y están trabajando para su supervivencia".

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