Volodymyr Zelenskiy ha sido "presidente" de Ucrania antes de presentarse a las elecciones.

Por más de tres años, el comediante ha interpretado al jefe de Estado de esa nación -la segunda más pobre de Europa según el FMI- en un popular programa humorístico de televisión que ha llegado incluso a Netflix.

Pero el "chiste" puede convertirse en realidad.

Zelenskiy ganó este domingo la primera vuelta de los comicios presidenciales con el 30,4% de los votos y todas las encuestas lo dan como favorito para hacerse con el cargo en la segunda ronda, que tendrá lugar en tres semanas.

Dejó por detrás, por casi la mitad de la boletas, al actual mandatario Petro Poroshenko (obtuvo 17,8% de los votos) y a la "dama de hierro" de Ucrania, la exprimera ministra Yulia Tymoshenko (14.2%).

"Estoy muy contento, pero esta no es el final", aseguró Zelenskiy a la BBC, minutos después de que se anunciaron los resultados a boca de urna.

Ahora, el humorista y el saliente gobernante tendrán que verse otras vez en las urnas el venidero 21 de abril para decidir finalmente quién regirá por los próximos cinco años el destino de esta exrepública soviética donde la pobreza, la inflación y la crisis política con Rusia han marcado la vida de millones de personas.

Pero ¿quién es este actor que, sin programa político ni de gobierno, logró dejar atrás en los comicios a dos pesos pesados de la dividida sociedad ucraniana?

Una broma muy real

Para Zelenskiy la carrera por la presidencia comenzó como una broma.

Es decir, como un programa humorístico de televisión.

Hace tres años, la televisión ucraniana comenzó a trasmitir una serie, Sirviente del Pueblo que muy pronto se convirtió en una sensación.

Y es que en un país donde el dinero y los oligarcas poderosos han dominado la política durante mucho tiempo, el programa propuso un cambio de concepto.

Un maestro (interpretado por Zelenskiy) se convierte accidentalmente en presidente después de que sus estudiantes publicaran en redes sociales sus discursos sobre la política ucraniana y en contra de la corrupción.

Los chistes y reflexiones del programa se volvieron un espacio para presentar a la audiencia, algo en broma y mucho en serio, los principales problemas de un país, donde incluso sus líderes políticos, como el propio Poroshenko, han sido acusados de presunta corrupción.

En marzo de 2018, los productores de Sirviente del Pueblo crearon un partido con el mismo nombre e incluso antes de que anunciara su candidatura política, Zelenskiy ya se perfilaba como favorito en algunas encuestas.

Finalmente, en enero pasado anunció su candidatura y desde entonces fue el favorito de casi todas las apuestas.

Su capacidad para hablar tanto en ruso como en ucraniano, en un momento en que los derechos lingüísticos son un tema sumamente delicado, le brindaron apoyo en el este de Ucrania, en gran parte de habla rusa.

Pero su campaña no ha estado ajena a la controversia.

El candidato ha sido señalado por su supuesta relación comercial con el oligarca más controvertido de Ucrania, Igor Kolomoisky, propietario de 1+1, uno de los canales de televisión más populares de Ucrania (por el que se trasmite Sirviente Público) y viejo adversario de Poroshenko.

Para sus críticos, Kolomoisky ha sido el responsable del ascenso del comediante y muchos temen que si este llega al gobierno, su mandato podría estar permeado por la sombra del multimillonario.

Zelenskiy, aunque reconoce su cercanía con el magnate, niega que esto pueda influir en su gestión en caso de ser electo.

El desafío

Zelenksiy, que lo más cercano que había estado a la política era el programa de televisión, basó su campaña una convención diferente y desafiante.

No organizó mítines oficiales ni dio discursos políticos.

Su plataforma fueron las redes sociales y, sus mensajes, divertidos videos que colgaba en Twitter, Facebook o YouTube.

El actor de 41 años ha hecho de la ignorancia una virtud y admite abiertamente que no tiene puntos de vista políticos sólidos.

"No hay promesas, no hay decepción", dice.

Pero si se cumplen los pronósticos sus desafíos no serán nada chistosos.

Y no solo porque sea una de las naciones con uno de los mayores índices de pobreza en el continente europeo.

El próximo presidente de Ucrania heredará un conflicto estancado entre el Ejército y los separatistas orientales, que ha dejado más de 12.000 muertos en cinco años.

Mientras, el país se esfuerza por cumplir con los requisitos de la Unión Europea para establecer vínculos económicos más estrechos.

Según la UE, alrededor del 12% de los 44 millones de habitantes de Ucrania están privados de sus derechos, en gran parte aquellos que viven en Rusia y en Crimea, que Moscú se anexó en marzo de 2014.

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