La gobernación de Hidalgo informó este viernes que la cifra de muertos por la explosión en una toma clandestina de combustible de un ducto de la petrolera estatal mexicana Pemex, ocurrida hace una semana, asciende a 114 personas.

El incidente sucedió al anochecer del viernes 18 de enero en el ducto Tuxpan-Tula a la altura del municipio de Tlahuelilpan (estado de Hidalgo) a 100 kilómetros de la Ciudad de México.

De acuerdo con las autoridades, 68 personas murieron durante la explosión y 46 fallecieron mientras estaban hospitalizadas. 16 cuerpos han sido identificados.

Así mismo, se informó que hay tres personas hospitalizadas en los centros médicos de Hidalgo y 30 en clínicas de otros estados.

Investigación

Según las autoridades, la fuga del combustible se reportó poco después de las 17:00 (23:00 GMT) y la explosión se registró unas dos horas más tarde.

Medios mexicanos reportaron que al producirse la explosión, el combustible creó una especie de barrera de fuego en la zona donde se encontraba la mayor cantidad de personas en una especie de zanja.

Según Pemex, se trataba de una toma clandestina instalada para robar el combustible del ducto, práctica que en México se conoce como "huachicoleo".

Las autoridades siguen investigando lo que ocurrió en la que es la mayor tragedia por robo de combustible en la historia de México.

El fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, dijo que en el ducto había gasolina de alto octanaje y eso "genera gases letales".

"Muchas de las personas usaban ropa de contenido sintético, que también tiene la posibilidad de generar reacciones eléctricas. Ese es un principio de investigación".

En las reacciones por el accidente muchos se preguntan por qué los policías y militares no dispersaron a la multitud.

La estrategia de no confrontar a quienes recogían combustible en la toma clandestina fue cuestionada por algunos.

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