En total caos. Así quedaron los esfuerzos del Partido Republicano, y del presidente Donald Trump, para abolir y reemplazar la reforma de salud de Barack Obama, la llamada Obamacare.

El proyecto de ley para revocar la Ley de Asistencia de Salud, que entró en vigor durante el primer mandato de Obama, fue aprobada por la mayoría republicana de la Cámara de Representantes en mayo.

Y ahora debía ser aprobada en el Senado.

Pero el lunes dos senadores republicanos anunciaron su oposición a la propuesta, uniéndose a otros dos senadores que dieron la espalda al documento.

Con la oposición de estos cuatro republicanos, y la unión de los 48 senadores demócratas, se hizo claro que la propuesta de ley fracasaría, porque los votos quedarían por debajo de los 50 necesarios para aprobarla.

"Lamentablemente, ahora es aparente quMce el esfuerzo para rechazar e inmediatamente reemplazar la fallida Obamacare, no será exitosa", declaró el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell.

Al conocer el fracaso, Trump pidió a los republicanos que "simplementen deroguen" la reforma de Obama y trabajen "desde cero" en otro plan.

"Los republicanos deberían simplemente derogar el fallido Obamacare y trabajar desde cero en un nuevo plan de salud. ¡Los demócratas se unirán!", dijo Trump en un tuit.

El asunto ha dividido al Partido Republicano, con los moderados preocupados por los efectos que tendría el reemplazo de la reforma en la gente más vulnerable.

Y para el presidente Donald Trump, la abolición de Obamacare ha sido una de sus principales promesas de campaña.

Fracaso

Los dos senadores republicanos, Mike Lee y Jerry Moran, dijeron que la nueva legislación no tenía el suficiente alcance para poder derogar al Obamacare.

"No debemos poner nuestro sello de aprobación en una mala política", dijo Moran. Y Lee indicó que "además de no abolir todos los impuestos del Obamacare, (este proyecto de ley) no tiene el alcance suficiente para reducir las primas para las familias de clase media".

Los republicanos moderados también habían indicado que el proyecto perjudicaría a algunos de los miembros más vulnerables de sus distritos.

Un informe de la Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO), un organismo independiente, indica que el proyecto de ley dejaría a 22 millones de estadounidenses sin seguro de salud durante la próxima década.

Otros dos senadores, Rand Paul y Susan Collins, ya se había opuesto al proyecto.

Así, con los cuatro senadores opuestos, los republicanos, que tienen 52 escaños en el Senado de 100, no tienen suficientes votos para aprobar la ley.


Análisis de Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en América del Norte: ¿Es el fin de la guerra de abolir y reemplazar?

Al final, el golpe de muerte a la última iteración de la abolición del Obamacare, surgió desde el costado derecho.

McConnell siempre había tenido que andar sobre una cuerda floja en su esfuerzo para mantener tanto a los moderados como a los conservadores de línea dura de su partido unidos en su propuesta para reformar el sistema de salud.

Después de que su primer borrador no logró obtener suficiente apoyo, salió con una nueva versión que se dirigió más hacia la derecha en asuntos clave, y al mismo tiempo, incluyó más dinero para mantener a los moderados saciados.

La estrategia funcionó el Cámara de Representantes, donde los conservadores y bastantes moderados rescataron la nueva legislación de la puerta de la muerte.

Esta vez, toda la delicada estructura se vino abajo.

El Senado ahora quizás podría tratar de votar una propuesta de rechazo directo, como lo sugirió el presidente.

Pero enfrenta enormes probabilidades de que no logre ganar un apoyo mayoritario.

Si eso vuelve a fracasar, los republicanos nuevamente necesitarán comenzar de cero.

Esto no es el fin de los esfuerzos del Congreso para aprobar la ley de salud. Pero es probable que sea el fin de la guerra de la abolición y el reemplazo, tal y como se ha estado librando en los últimos seis meses.

 

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