Los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Militares de alto nivel, jefes policíacos, fiscales, diplomáticos.

Son todos personajes que han sido mencionados por los testigos de cargo en el juicio contra Joaquín Guzmán Loera "El Chapo" que se celebra en Nueva York.

La última revelación ocurrió este martes, cuando el narcotraficante Alex Cifuentes aseguró que el expresidente Peña Nieto recibió US$100 millones en 2012 de parte del líder del Cartel de Sinaloa.

Esa y otras declaraciones llamaron la atención de la mayoría de los medios internacionales, y en algunos casos causaron escándalo por la presunta red de corrupción que quedó expuesta.

Pero no en México, donde el juicio a "El Chapo" genera menos atención que las noticias cotidianas.

Algunos de los señalados en el juicio rechazaron las acusaciones, pero no está claro si las autoridades siguen la pista a los testimonios.

¿Por qué?

"Hay varias razones", le dice a BBC Mundo el especialista Ricardo Ravelo, autor de libros sobre cárteles de la droga como "En manos del narco", el más reciente.

"Uno, no se han aportado pruebas; y dos, sigue pesando el pacto de impunidad entre una clase política que siempre ha estado protegida", indica.

Acusados

Los señalamientos a personajes de los distintos gobiernos en México empezaron en la primera semana del juicio contra Guzmán Loera.

En la audiencia inicial, el pasado 14 de noviembre, el abogado del capo Jeffrey Lichtman dijo que el expresidente Enrique Peña Nieto recibió "cientos de millones de dólares" del Cartel de Sinaloa.

El entonces portavoz del mandatario, Eduardo Sánchez, respondió en Twitter que el gobierno de Peña Nieto "persiguió, capturó y extraditó al criminal Joaquín Guzmán Loera".

"Las afirmaciones atribuidas a su abogado son completamente falsas y difamatorias", señaló.

Lichtman también dijo que el expresidente Felipe Calderón recibió sobornos del cartel. El exmandatario rechazó el señalamiento: "Son absolutamente falsas y temerarias las afirmaciones que se dice realizó el abogado de Joaquín 'El Chapo' Guzmán", escribió en Twitter.

"Ni él, ni el Cartel de Sinaloa ni ningún otro realizó pagos a mi persona", dijo.

Otro de los señalados fue Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Calderón.

El testigo Jesús Zambada García, "El Rey", dijo que entregó al exfuncionario varios millones de dólares. El dinero, dijo el testigo, fue para que nombrara como jefe de la Agencia Federal de Investigación (AFI) a un personaje cercano al Cartel.

La agencia, ya desaparecida, era la corporación policíaca asignada a la Procuraduría General de la República (PGR), y responsable de investigar el narcotráfico en el país.

Los testigos también involucraron a militares del Estado Mayor Presidencial, que durante décadas fue responsable de la seguridad del presidente de México, su familia y los integrantes de su gabinete.

El pasado 1 de diciembre, la corporación desapareció por órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Mal momento

En Estados Unidos el juicio a "El Chapo" se considera histórico porque nunca se había procesado a un capo de las drogas de ese nivel.

De hecho, tras la muerte del fundador del grupo al Qaeda, Osama Bin Laden, en mayo de 2011, "El Chapo" se convirtió en el hombre más buscado del mundo.

El Cartel de Sinaloa, según la agencia antidrogas de ese país, la DEA, es una de las organizaciones de narcotráfico más importantes del mundo.

El grupo se consolidó a partir de 2001, cuando Guzmán Loera se fugó por primera vez de la prisión de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, en el oeste de México.

Algo que, dice Ricardo Ravelo, difícilmente pudo lograr sin apoyo de autoridades.

"Sin el elemento de la corrupción institucional hubiera sido imposible tanta impunidad y protección a El Chapo Guzmán", insiste.

Es uno de los elementos para explicar por qué las revelaciones en el juicio contra el capo virtualmente pasan desapercibidas en México.

Raúl Benítez Manaut, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dice que muchos en el país están familiarizados con lo que se dice en el proceso judicial.

"Guzmán Loera tiene tres años siendo mediático", dice a BBC Mundo.

"Para la gente ya es normal lo que diga ?El Chapo?, la familia Zambada o los testigos. La gente lo sabe por muchos rumores, entonces no es sorpresa lo que dice" el capo.

Hay un elemento adicional: el juicio empezó en los primeros días de noviembre, cuando en México existía una polémica por la cancelación del nuevo aeropuerto internacional.

Y algunas de las revelaciones más recientes, como las que hizo Vicente Zambada Niebla, "El Vicentillo", ocurrieron en momentos que México vive una crisis de abasto de gasolina.

El testigo es el hijo mayor de Ismael Zambada García, "El Mayo", a quien los defensores de Guzmán Loera presentan como el verdadero líder del Cartel de Sinaloa.

Así, "en este momento no tiene impacto político el juicio de ?El Chapo? por el cambio de gobierno", explica el investigador de la UNAM.

"López Obrador concentra toda la atención de la opinión pública, los problemas con la gasolina o el debate sobre la Guardia Nacional. Eso consume la atención de los periodistas".

¿Desinterés?

Un elemento más es que las revelaciones en el juicio no se acompañan de pruebas o algunas incluso se demostró que son falsas, coinciden los especialistas.

Un ejemplo es el testimonio del narcotraficante colombiano Jorge Cifuentes, quien acusó al exprocurador Ignacio Morales Lechuga de aceptar sobornos a cambio de protección policíaca.

Sin embargo, en la fecha en que el testigo dijo que entregó ese dinero Morales Lechuga ya no era fiscal.

Por eso en México muchos dudan de la veracidad de estas revelaciones, insiste Benítez Manaut. "Es la palabra de un criminal que acusa a quien quiere afectar", dice.

Y también es una de las razones del aparente desinterés de las autoridades en el juicio de Guzmán Loera, añade Ricardo Ravelo.

"Falta el elemento probatorio, no deja de ser un tema de acusación sin mayor fuerza que lo dicho por un testigo", apunta.

"Es desinterés con un sentido, más bien hay impunidad. Y cuando hay impunidad aparentemente hay desinterés por las cosas que no se pueden tocar en México, que no se tocaron durante mucho tiempo".

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