Un bebé de un año que viajaba junto a su madre desde Venezuela hacia Trinidad y Tobago fue hallado muerto en una embarcación que fue interceptada en la noche del sábado con disparos por la guardia costera del archipiélago caribeño.

Según denunció el activista por los derechos humanos venezolano Orlando Moreno, que estuvo en contacto con familiares de la madre, la muerte del niño fue provocada por uno de los disparos.

La madre resultó herida de bala entre su pecho y la clavícula y se encontraba estable en el hospital Sangre Grande en la isla de Triidad a la espera de un traumatólogo que confirmara la gravedad de sus lesiones, informó Moreno a BBC Mundo.

La Guardia Costera de Trinidad y Tobago reconoció en un comunicado haber "disparado a los motores" de la embarcación, aunque no su responsabilidad en la muerte del menor.

De acuerdo a la versión de las autoridades, la embarcación que pretendía llegar a la isla embistió contra el barco de patrullaje en varias oportunidades y, "debido a que la tripulación temió por sus vidas", disparó a los motores "en defensa propia" para que se detuviera.

"Recién ahí se descubrió que había migrantes ilegales a bordo que habían permanecido escondidos y, por lo tanto, no habían sido vistos antes", agregó.

La guardia costera dijo que posteriormente encontró a una mujer "que sostenía a un infante y decía estar sangrando". "Se encontró que el bebé no respondía", sostuvo.

Además de la mujer y su hijo, en la embarcación había otras 17 personas que fueron detenidas y llevadas al helipuerto militar de Chaguaramas, dijo Moreno. 

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