Cientos de miles participaron este lunes en Teherán en los actos por el funeral del general Qasem Soleimani. Según medios oficiales iraníes, de hecho, fueron "millones de personas".

Estados Unidos mató el pasado viernes en un bombardeo sobre Irak al jefe de la fuerza Al Quds, considerado el segundo hombre más poderoso de Irán.

Por ello, una multitud lo despidió este lunes en una masiva ceremonia encabezada por el líder iraní, el ayatolá Alí Jamenei, y en la que se escucharon proclamas de "héroe" hacia Soleimani y gritos contra Washington.

Algunos observadores internacionales aseguran que se trata del funeral más multitudinario de la historia de Irán desde el celebrado en 1989 para despedir a Ruhola Jomeini, fundador de la revolución Islámica.

Su muerte despertó el temor de un conflicto a gran escala después de que Irán prometiera "venganza severa" y el presidente estadounidense, Donald Trump, avisara que responderá contundentemente e incluso "puede que de manera desproporcionada" si Irán ataca ciudadanos u objetivos estadounidenses.


Este lunes, una multitud salió a las calles de Teherán para despedir al general iraní de 62 años, principal responsable de la esfera de influencia de Irán en Medio Oriente.

También se celebraron desfiles militares en su honor.

Los ataúdes con los cuerpos de Soleimani y de Abu Mahdi al-Muhandis, el líder de las Fuerzas de Movilización Popular que también murió en el ataque de Estados Unidos, pasaron sobre la multitud de personas.

El líder supremo iraní, Alí Jamenei (en el centro de la siguiente imagen), estuvo acompañado por altos representantes políticos y militares como el presidente iraní, Hassan Rouhani (tercero por la izquierda).

El ayatolá Jamenei no pudo reprimir las lágrimas mientras leía una oración frente al ataúd del general Soleimani.

Esmail Ghaani, sustituto de Soleimani al frente de la Fuerza Quds, besó los ataúdes y se mostró también profundamente emocionado.

Muchos de los cientos de miles de participantes en el funeral portaban fotos de Soleimani o llevaban su imagen impresa en camisetas.

Las calles se llenaron de humo mientras los participantes en el funeral quemaban incienso durante la procesión.

Algunas personas quemaron banderas de Estados Unidos e Israel.

Otros llevaban cajas que simulaban ser ataúdes con las banderas de Estados Unidos e Israel e incluso imágenes de sus líderes, Donald Trump y Benjamin Netanyahu.

Publicidad