En los corrillos de Washington los conocen como la "banda de los 8" y desde que se produjo el cierre parcial del gobierno, están en la primera línea de fuego de las negociaciones con el presidente Donald Trump.

La "banda de los 8" la conforman los miembros más poderosos del Congreso, aquellos que tienen acceso a la información más reservada y siempre son los primeros que, en situaciones difíciles, son convocados a la Casa Blanca.

En la actualidad, está conformado por la presidenta de la Cámara de Representantes y el líder de la minoría republicana, Nancy Pelosi y Kevin Owen McCarthy; y el presidente del Senado y el líder de la minoría demócrata en esa cámara, Mitch McConnell y Chuck Schumer.

Los otros cuatro miembros son: el presidente y el vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado, el republicano Richard Burr y el demócrata Mark Warner; así como el presidente y el vicepresidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el demócrata Adam Schiff y el republicano Devin Nunes.

Nuevas posiciones, viejos nombres

Tras las elecciones parlamentarias del pasado noviembre, en las que el Partido Demócrata recuperó el control de la Cámara de Representantes, se produjeron algunos cambios en las posiciones de los miembros de la "banda de los 8".

Así, por ejemplo, Pelosi, quien era líder de la minoría demócrata pasó a presidir la Cámara; mientras el republicano Devin Nunes, quien era el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, intercambió su puesto con el demócrata Adam Schiff.

En medio de la crisis causada por el cierre parcial del gobierno en Estados Unidos, que se inició el pasado 22 de diciembre debido a la incapacidad de la Casa Blanca y del Congreso de llegar a un acuerdo presupuestario, este grupo de poderosos legisladores está al frente de las negociaciones con el presidente Trump.

El mandatario ha dicho que no aceptará ninguna ley de presupuesto que no incluya los US$5.700 millones que requiere para la construcción del muro fronterizo con México.

Mientras que, del lado demócrata, Pelosi y Schumer le han ofrecido aprobar unos presupuestos ahora que permitan reactivar a plena capacidad el funcionamiento del gobierno mientras negocian, por otro lado, sobre sus desacuerdos sobre la seguridad fronteriza.

No es la primera vez que la "banda de los 8" se ven envueltos en una situación compleja.

En la década de 1980, durante el escándalo Irán-Contras -la operación por la que el gobierno de Ronald Reagan vendió armas a Teherán para financiar a la guerrilla que combatía al gobierno sandinista en Nicaragua-, la Casa Blanca fue cuestionada por incumplir con su obligación de haber notificado a la "banda de los 8" así como a los respectivos comités de Inteligencia del Congreso.

De igual modo, durante la década pasada, la administración de George W. Bush fue criticada por haber informado solamente a la "banda de los 8" sobre la existencia las "escuchas antiterroristas" que tenía en marcha dentro del país y de no haber buscado la aprobación del Congreso sino hasta que la prensa estadounidense reveló en 2005 la existencia de este programa.

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