Logró ser nombrado Consejero de Seguridad Nacional y convertirse en una de las personas más poderosas del gobierno de Estados Unidos.

Y estaba destinado a ser un guardián estratégico de un presidente sin experiencia en asuntos militares ni en política exterior. Pero solo duró 25 días en el cargo.

Sus polémicos contactos con el gobierno ruso antes de que Donald Trump asumiera el poder en enero hicieron que Flynn tuviese que renunciar el mes siguiente.

La controversia no quedó allí. Flynn fue cuestionado por el FBI en relación a una investigación sobre una supuesta intervención de Moscú en las elecciones de noviembre de 2016 en EE.UU.

El fiscal especial Robert Mueller, quien encabeza la indagatoria, lo acusó formalmente el viernes de haber hecho "declaraciones falsas, ficticias y fraudulentas" a la agencia federal.

Momentos después, Flynn se declaró culpable y afirmó que colaborará con la investigación de Mueller.

La Casa Blanca respondió que Flynn, además de haber trabajado para Trump, "era un funcionario del gobierno del expresidente Obama" y que su declaración de culpabilidad "no señala a nadie más que él".

Quién es Michael Flynn

El general retirado Michael Flynn, de 57 años, fue el principal asesor de seguridad nacional de Trump durante su campaña.

Al igual que Trump, Flynn no provenía de las que se consideran las estructuras tradicionales de Washington.

Creció en el barrio de Queens en Nueva York y llegó a los más altos rangos militares sin el linaje de West Point, la academia donde suelen formarse los más altos militares.

Se graduó en la Universidad de Rhode Island y a pesar de sus antecedentes poco convencionales logró escalar los rangos hacia el cargo más alto de inteligencia militar en Estados Unidos.

El militar condecorado participó en las campañas para desmantelar las redes insurgentes en Afganistán e Irak.

Y en 2012 fue nombrado por Barack Obama director de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA), el principal organismo militar de espionaje extranjero que opera bajo la jurisdicción del departamento de Defensa.

Pero dos años después se vio forzado a dejar el cargo debido a sus controvertidas opiniones sobre el islam y "diferencias" con sus superiores sobre su gestión y su visión para la agencia.

Perplejos

Desde entonces, Flynn ha dejado a muchos perplejos con sus actividades y opiniones.

Activo en Twitter hasta diciembre de 2016, a menudo publicaba aseveraciones que muchos consideraron abierta islamofobia.

"El temor a los musulmanes es RACIONAL", tuiteó Flynn en febrero de 2016 con un vínculo a un video que explica lo que cree que es odio al islam.

El tuit provocó que el Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses emitiera una declaración en la que urgía a Trump a reemplazar a Flynn con "otro candidato que no tenga unas opiniones tan intolerantes".

El general asegura que la militancia islamista es una "amenaza existencial a escala global" e igual que Trump sostiene que el autonombrado Estado Islámico es "la mayor amenaza" que enfrenta EE.UU.

Durante la campaña presidencial, Flynn se dedicó a ridiculizar el enfoque del gobierno de Barack Obama frente a la insurgencia islamista en Medio Oriente.

"Después de que Mosul sea liberado, ISIS (Estado Islámico) puede atacar a Estados Unidos", escribió el 2 de noviembre.

Y en septiembre de 2016 tuiteó: "Obama y Hillary se Rehúsan a Nombrar el Terrorismo Radical Islámico: Su Objetivo es 'vernos como tontos'".

También se unió a los reclamos de los simpatizantes de Trump para llevar a prisión a Hillary Clinton y para que la candidata demócrata se retirara de la contienda.

Durante la convención republicana en Cleveland, Flynn declaró que Estados Unidos no necesitaba una "presidenta temeraria que creía estar por sobre la ley" y se unió a la multitud que aplaudía y gritaba: "¡encarcélenla!".

Según el diario The New York Times, Flynn "muestra un vago apego con los hechos".

"El general Flynn, por ejemplo, ha dicho que la Sharia, o ley islámica, se está extendiendo en Estados Unidos (y no es así)".

"Sus dudosas aseveraciones son tan comunes que cuando dirigía la Agencia de Inteligencia de la Defensa, sus subordinados crearon un nombre para el fenómeno: lo llamaron 'los hechos según Flynn'", afirmó este diario.

La conexión rusa

No fueron, sin embargo, las opiniones de Flynn sobre el islam los que terminaron costándole el cargo, sino unas conversaciones sostenidas antes de su nombramiento con el embajador ruso en EE.UU., Sergey Kislyak.

Según reportes de medios locales, Flynn abordó el tema de las sanciones que el gobierno del expresidente Barack Obama iba a imponer a Rusia por los ciberataques ocurridos durante la campaña electoral.

Pero en Estados Unidos es ilegal que civiles intervengan en disputas diplomáticas con otros países. Y Flynn agravó el problema al haberle dado información engañosa sobre el tema al vicepresidente Mike Pence.

Ya antes de la controversia, las relaciones de Flynn con Moscú habían sido fuertemente criticadas.

El año pasado, el general viajó a Moscú donde fue fotografiado sentado al lado de Vladimir Putin en una cena de gala para el canal estatal de TV, Russia Today (RT), donde ha aparecido regularmente como analista.

Posteriormente Flynn admitió que se le pagó por hacer el viaje y defendió al canal ruso diciendo que no veía ninguna diferencia entre RT y CNN, la organización estadounidense.

En su libro "The Field of Fight: How We Can Win the Global War Against Radical Islam and Its Allies", publicado en 2016, afirmaba que él "no es un devoto de la llamada corrección política".

En un artículo de opinión que publicó en The Hill, Flynn pedía antes de las elecciones un cambio en la política de Washington hacia Turquía y se expresaba favorable a la extradición del clérigo exiliado Fethullah Gulen, acusado por el gobierno turco de fomentar un golpe en Turquía este año.

Pero Flynn ya no podrá influir en las políticas de Trump desde su puesto de asesor de seguridad nacional.

*Una versión previa de esta nota fue publicada inicialmente el 18 de noviembre de 2016, antes del nombramiento de Michael Flynn.

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