La guardia costera de Bangladesh encontró este jueves los cuerpos de al menos 20 personas ahogadas en un río que hace de frontera natural entre este país y Myanmar (antes Birmania).

El grupo pertenecía a la minoría predominantemente musulmana de los rohingyas, quienes han sido descritos por Naciones Unidas como un pueblo "sin Estado" y "virtualmente sin amigos" entre las otras comunidades de la nación asiática.

Y lo difícil de su situación en Myanmar ha vuelto a quedar de manifiesto esta semana.

Un funcionario de la ONU en Bangladesh le dijo a la BBC que más de 27.000 rohingyas habían llegado ahí huyendo de una campaña militar en el estado de Rakhine, antes conocido como Arakan, en el oeste del país.

Las acciones del ejército birmano son una respuesta a varias decenas de ataques cometidos contra comisarías por parte del grupo rebelde rohingya Arakan Rohingya Salvation Army (ARSA).

Miles de residentes budistas de la zona también fueron evacuados.

Debido a que el acceso de los medios a Rakhine está muy restringido, es difícil verificar tanto el número de víctimas como la magnitud de la violencia en la zona.

Pero Zeid Ra'ad al-Hussein, comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, pidió al gobierno que "envíe instrucciones claras a las fuerzas de seguridad para que se abstengan de utilizar una fuerza desproporcionada".

Sin reconocimiento

Los rohingya han sufrido décadas de persecuciones en Myanmar, la antigua Birmania, donde la religión mayoritaria es el budismo.

En ese país no son considerados ciudadanos, porque no tienen reconocimiento como grupo étnico.

Y el origen de este pueblo sigue siendo extensamente debatido.

Ellos afirman que son indígenas del estado de Rakhine descendientes de comerciantes árabes, pero el Estado birmano asegura que son migrantes musulmanes que se originaron en Bangladesh y emigraron a Myanmar durante la ocupación británica.

Desde 1948, cuando se independizó el país, han sido víctimas de tortura, negligencia y represión.

El Estado les prohíbe casarse o viajar sin permiso de las autoridades y no tienen derecho a poseer tierra ni propiedades.

Precisamente, la pasada semana la comisión de Naciones Unidas sobre el estado de Rakhine -donde se concentran la mayoría del millón de rohingyas que viven en Myanmar- pidió en su informe final que el gobierno extienda la ciudadanía a los musulmanes y les garantice la libertad de movimiento.

Unas 120.000 personas están confinadas en campos para desplazados.

Se cree que la brutal represión histórica en su contra ha creado una diáspora de por lo menos otro millón en varias partes del mundo.

En 2012, por ejemplo, 100.000 rohingyas huyeron de sus casas en medio de enfrentamientos mortales entre musulmanes y budistas.

Desde entonces la segregación ha ido en aumento y los rohingyas se concentran sobre todo en Maungdaw y Buthidaung, en la remota zona del norte de Rakhine, uno de los estados más pobres de Myanmar.


La diversidad étnica de Myanmar

  • Myanmar es un país con enorme diversidad étnica y lingüística.
  • Se cree que hay unos 135 grupos étnicos oficialmente reconocidos.
  • Pero varios pobladores, incluidos los musulmanes rohingya, no lo son.
  • Estos incluyen a los panthay (musulmanes de origen chino), los Gurkha (originarios de Nepal), los birmanos indios y los birmanos chinos.

En febrero de este año, la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos estimaba que unos 66.000 rohingyas habían abandonado el país desde octubre de 2016.

Lo hicieron, según la ONU, huyendo de violaciones a los derechos humanos tales como asesinatos de bebés, golpizas, desapariciones y violaciones en grupo en una zona sellada de Maungdaw por parte de las fuerzas de seguridad.

Pero el vicepresidente del país, Myint Swe, negó recientemente las acusaciones.

"No hay posibilidad de crímenes contra la humanidad, no hay pruebas de limpieza étnica en relación a las acusaciones de la ONU", dijo.

Cientos de miles de rohingyas indocumentados viven en Bangladesh, donde han ido refugiándose a lo largo de décadas, pero el gobierno de ese país no los reconoce como refugiados.

Críticas de los premios Nobel

Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la crisis del pueblo rohingya es una de las más largas del mundo y también una de las más olvidadas.

En enero de este año, 13 Premios Nobel criticaron abiertamente en una carta a la premio Nobel de la Paz, Aung Sang Suu Kyi, quien tras dos décadas bajo arresto domiciliario lidera ahora el gobierno de Myanmar.

"A pesar de repetidos llamados a Aung San Suu Kyi estamos frustrados porque no ha realizado ninguna acción para asegurar los derechos y la ciudadanía de los rohingya. Suu Kyi es la líder del país y la primera responsabilidad de un líder es liderar con coraje, humanidad y compasión", señalaron en la misiva.

Pero meses después, en una entrevista exclusiva con la BBC, Suu Kyi negó las acusaciones de limpieza étnica y aseguró que el gobierno birmano "le daría bienvenida y seguridad a los rohingya que quieran regresar".

"Creo que hay mucha hostilidad, pero también se trata de musulmanes matando a otros musulmanes que sospechan de colaborar con la otra parte", expresó en abril pasado.

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