Estados Unidos ha tenido presidentes durante más de 230 años, pero solo el primero, George Washington, fue elegido como candidato independiente.

Los gemelos de la política estadounidense, los partidos Republicano y Demócrata, dominan la cobertura de los medios y las donaciones de campaña de forma tan completa que las posibilidades de que gane un candidato por fuera de las dos formaciones son prácticamente nulas.

¿Qué tipo de persona mira esas probabilidades casi insuperables y piensa: "de todos modos me postulo"? Bastantes.

Al 9 de octubre, unos 1.216 candidatos (con diferentes niveles de seriedad) se habían presentado ante la Comisión Federal de Elecciones de Estados Unidos para postularse para presidente.

La BBC les preguntó a tres de ellos -una concertista de piano y oradora motivacional, un técnico informático y nativo americano y un multimillonario de criptomonedas- qué representan y por qué merecen los votos de los estadounidenses.


"Los estadounidenses verán que los dos candidatos actuales no son la opción"

Jade Simmons es una mujer con múltiples facetas: exreina de belleza, concertista de piano profesional, oradora motivacional, rapera, madre y pastora cristiana.

Como ella misma dice, es una candidata poco convencional, pero "estos son tiempos poco convencionales".

"Me pareció que era un momento en el que no podíamos permitirnos hacer las cosas como de costumbre", analiza.

"Soy hija de un activista de derechos civiles y la forma en que mi padre me crio fue que si ves vacíos, si ves injusticias, debes preguntarte si quizá eres tú quien tiene que tomar las riendas", detalla Simmons.

Ella dice que su objetivo es crear igualdad de acceso a las oportunidades, a través de la reforma económica, educativa y de justicia penal. Y con ese espíritu, tiene como objetivo realizar "la campaña menos costosa en la historia de nuestra nación".

"Creemos que es abominable que cueste casi US$1.000 millones postularse para presidente cuando los requisitos son tener 35 años, ser residente nacido en Estados Unidos y haber vivido aquí 14 años", dice Simmons. "Preferimos gastar ese dinero en ayudar a la gente", defiende.

Entonces, ¿eres progresista o conservadora? "¡Depende de a quién le preguntes!", responde.

"A todos, desde los descontentos seguidores de Bernie (Sanders) hasta los pastores cristianos conservadores, les gusta nuestra política", dice.

Su experiencia como pastora y persona de fe no denota automáticamente conservadurismo, asegura.

"Creo que Jesús es una de las figuras más radicales que tenemos en la historia. Y creo que si miras cómo operó, podrías terminar llamándolo progresista", define.

La pandemia del coronavirus trastornó la carrera de este año hacia la Casa Blanca, reduciendo las reuniones masivas, haciendo que las convenciones de los partidos se realizaran de forma virtual y dominando los titulares de las noticias.

Pero para Jade Simmons, el mayor desafío de su campaña ha sido que la gente sepa que ella existe.

"Incluso en una época en la que las vidas de los negros y sus voces supuestamente importan y hubo declaraciones de solidaridad provenientes de los medios de comunicación y las corporaciones, son esos mismos medios de comunicación, incluidos los dirigidos a la comunidad negra, quienes se han negado a contar la historia de que estoy aquí", advierte.

Claro que "quizás haya una celebridad como Kanye West que ni siquiera presentó su candidatura oficial, y el 4 de julio, cuando la anunció, en 30 minutos estaba presente en todas las principales cadenas", describe.

Si bien los candidatos republicanos y demócratas estarán en la boleta electoral en todos los estados, los independientes deben cumplir una serie de plazos estatales y requisitos de acceso.

El nombre de Simmons aparecerá en la boleta electoral en Oklahoma y Luisiana, pero en otros 31 estados está registrada como candidata por escrito, lo que significa que si los votantes escriben físicamente su nombre, su voto contará.

Ella reconoce que las probabilidades están absolutamente en su contra, pero aún cree que puede llegar al despacho oval, si no es este año, en algún otro momento. "¡Sé que suena descabellado dada la historia de los independientes!", dice.

"Creemos que si nos mantenemos de pie el tiempo suficiente, todavía se avecinan más trastornos y la mayoría de los estadounidenses verán que las dos candidaturas actuales no son la opción", analiza Simmons.

"Hemos estado diciendo desde el primer día que debemos restaurar el tejido de la nación. Esto es un tejido espiritual, cultural, social y racial, y sentimos que se ha hecho trizas, principalmente e intencionalmente por ambos partidos políticos", compara.

"Entonces, si cierro los ojos e imagino una nación... esto no puede ser solo un intercambio de poder y venganza. Veo una temporada de limpieza en la que podemos respirar profundamente y decir: '¿Hacia dónde vamos desde aquí?'", opina Simmons.


"Tomé la decisión de vivir mi vida al servicio de los demás"

Brock Pierce es un exactor que apareció en la película Mighty Ducks (en España se tradujo a "Somos los mejores" y en América Latina como "Los patos macho" o "Los campeones") e interpretó al hijo del presidente en la comedia First Kid ("El hijo del presidente") de 1996.

Pero gracias a su segunda carrera como empresario tecnológico, probablemente también sea un multimillonario de las criptomonedas.

¿Por qué se postula para presidente? En parte porque está profundamente preocupado por el estado del país.

"Creo que carecemos de una visión real para el futuro, quiero decir, ¿en qué tipo de mundo queremos vivir en el año 2030? ¿Cuál es el plan? ¿Adónde estamos tratando de llegar? Se tiene que apuntar a algo. Y veo sobre todo un montón de barro, no mucha gente que presenta ideas que cambien el juego. Esto se está tornando aterrador. Y tengo una idea de qué hacer", asegura.

Durante los últimos cuatro años, Pierce se ha centrado en el trabajo filantrópico en Puerto Rico, donde su fundación recientemente recaudó US$1 millón para comprar equipos de protección individual (PPE, por sus siglas en inglés) para entregar a los médicos y personal de emergencia.

Cuando se le pregunta cuáles deberían ser las prioridades de Estados Unidos para los próximos cuatro años, sugiere que el país deje de buscar "el crecimiento por el crecimiento mismo" y mida su éxito en función de qué tan bien se defienden la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Es difícil definir políticamente a Pierce.

El hombre descrito por la revista Rolling Stone como "el rey hippie de las criptomonedas" favorece la legalización del cannabis, celebró una ceremonia de boda temática de unicornio en el festival anual Burning Man, en Nevada, y quedó tan poco impresionado de ser incluido en una lista de ricos de Forbes que prometió regalar su primeros US$ 1.000 millones.

También cree firmemente en la libertad personal y ha donado miles de dólares a candidatos republicanos.

"Tengo muchas tendencias liberales, al igual que conservadoras", asegura Pierce.

"Y creo que es hora de que tomemos un respiro colectivo y demos un paso valiente hacia el futuro, porque todas estas ideologías tienen algo que enseñarnos", asegura.

La vida de este hombre de 39 años no ha estado libre de controversias.

Cuando tenía 19 años, tres actores masculinos lo acusaron a él y a dos socios comerciales de agresión sexual. Pierce negó haber actuado mal y nunca fue acusado de ningún delito.

Los tres demandantes retiraron los casos en su contra y nunca recibieron ninguna compensación personal.

Pero, inevitablemente, los titulares vinculados a ese episodio han hecho que su carrera presidencial tenga una perspectiva más difícil.

"Tener tu nombre en una historia como esa... causa un daño inmenso", describe. "Pero lo positivo es que me enseñó a no juzgar a la gente", reflexiona.

Los datos de la Comisión Federal de Elecciones muestran que Brock Pierce invirtió US$3,7 millones en su campaña.

Pierce explica que su estrategia es terminar en la Casa Blanca no ganando las elecciones directamente, sino consiguiendo un solo estado en una carrera reñida y luego obligando a la Cámara de Representantes a elegir un ganador.

"Cada vez que esto ha sucedido antes, el 100% de las veces, siempre han elegido al candidato del tercer lugar o del último lugar para ser presidente como un compromiso. Ahora, esto solo pasó una vez, en 1824. Por lo tanto, nuestro objetivo es ganar un solo estado. Y si resulta excepcionalmente bien, ganar tres", aventura.

"Cumpliré 40 años en noviembre, lo que significa que también tengo al tiempo de mi lado. Por eso, estamos sentando las bases para el futuro, no solo para mí como candidato, sino para todos los candidatos independientes en el futuro", afirma.

¿Y si no lo logra? Pierce dice que tiene ofertas.

"Me proponen constantemente que me postule a gobernador de Nueva York o gobernador de Minnesota. Básicamente, dondequiera que vaya, me dicen: 'Brock, podrías arreglar esto. Si no te conviertes en presidente el próximo año, ¿te presentarías para nuestro estado?, ¿podrías gobernar nuestra ciudad?'", asegura.

"No pasaría un momento pensando en esto hasta el 4 de noviembre, y eso es lo que le digo a todos: 'Llámame el 4 de noviembre'. Pero tomé la decisión de vivir mi vida dedicado al servicio público, y estoy preparado para hacer bien ese trabajo", dice.


"Tenemos que cambiar algunas cosas en las que se fundó esta nación"

Un factor que une a los candidatos independientes es que no han tenido que complacer a la mayoría de un partido para obtener una plataforma, por lo que se postulan como ellos mismos en los temas que realmente les afectan personalmente.

Mark Charles es un buen ejemplo.

Profesionalmente, ha trabajado como programador de computadoras y en soporte técnico, pero también es un ferviente defensor de la justicia social en temas que afectan a los nativos americanos y las personas de color.

Su objetivo es ser un candidato alternativo para los votantes que no se sienten afines con las boletas de Trump o Biden.

Charles es de origen navajo, una identidad que ha moldeado profundamente su candidatura y su visión de lo que debería ser Estados Unidos.

La tierra sobre la que se construyó Washington DC pertenecía al pueblo de Piscataway.

"Estas eran sus tierras, mucho antes de que Colón se perdiera en el mar, y todavía están aquí. Y me siento honrado de vivir en estas tierras, en sus tierras, y quiero honrarlos como el pueblo anfitrión", asegura.

A principios de la década de 2000, Charles decidió trasladar a su familia a una casa remota en una reserva navajo, "porque quería experimentar la vida más tradicional". Vivirían allí 11 años.

"Vi varias elecciones presidenciales desde este punto de vista", dice.

"Estábamos a seis millas de la carretera pavimentada más cercana, vivíamos en una Hogan de una habitación, la vivienda tradicional navajo. No había agua corriente ni electricidad en nuestra comunidad, nuestros vecinos eran tejedores de alfombras y pastores", describe.

La familia se preparó para cocinar en una cocina de campamento, transportar agua y vivir a la luz de las velas. Lo que no habían anticipado era lo marginados que se sentirían.

"Los únicos grupos de no nativos que vimos en la reserva fueron los que vinieron a tomarnos una foto o los que vinieron a darnos caridad. Casi nadie vino a entablar relaciones con nosotros", cuenta Charles.

"Además de eso, empecé a entender y ver parte del antiguo trauma producido por la muy injusta historia contra nuestro pueblo. Sentí que me volvía más inseguro y más enojado", sostiene.

Decidió mirar hacia afuera y fomentar la comprensión en lugar de amargarse. Ahora dice que está luchando por un Estados Unidos moderno y verdaderamente inclusivo que rechace la desigualdad.

"Nuestra Constitución, que comienza con las palabras 'Nosotros, el pueblo' (...) nunca menciona a las mujeres, excluye específicamente a los nativos y cuenta a los africanos como tres quintas partes de una persona", dice Charles.

"Y de esto se trata mi campaña: si queremos ser una nación de 'Nosotros, el pueblo' realmente hay que incluir a todo el pueblo, tenemos que hacer un trabajo a nivel fundacional", advierte.

"No podemos simplemente decirlo y desearlo. Tenemos que entrar y cambiar algunas cosas sobre las que se fundó esta nación, como el racismo, el sexismo y la supremacía blanca explícita", enumera.

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