El ex primer ministro de Italia y magnate de las comunicaciones, Silvio Berlusconi, famoso por sus veladas mundanas, dejó a su novia tras 12 años de relación por una chica 54 años menor que él, informan medios locales. ​"Pero sigue siendo una amiga", precisa la nota.

En pleno brote de coronavirus, que ha causado la muerte de 107 personas en Italia, las travesuras amorosas del político millonario, famoso por sus cenas al ritmo del "bunga bunga", resultan una simpática distracción.  

Pascale, quien confesó en una entrevista que aspiraba a casarse con Berlusconi, contó al diario la Repubblica que estaba "asombrada" por la declaración, según el diario Repubblica.

"Lo voy a querer por siempre. Le deseo toda la felicidad del mundo y espero que encuentre a alguien que lo cuide como yo", aseguró la rubia, que conoció al magnate cuando formaba parte del club juvenil de simpatizantes de Berlusconi.

Según la prensa, el magnate dejó a la novia por una chica más joven: Marta Fascina, de 30 años, diputada de Forza Italia, con la que pasó recientemente un fin de semana en el exterior.

Fascina al parecer conquistó al llamado "El inmortal", que dominó la política italiana durante más de dos décadas a pesar de los escándalos sexuales, los líos legales y enfrentamientos políticos.

Berlusconi fue condenado en 2013 a siete años de cárcel por prostitución de una menor de edad conocida como "Ruby roba corazones", sentencia que fue revocada luego. 

Animador de locales nocturnos en el balneario de Rimini durante su juventud, capaz de fascinar a turistas durante los cruceros con baladas románticas, Berlusconi ha tenido una tumultuosa vida amorosa, dos matrimonios y cinco hijos, además de numerosas amigas, compañeras y amantes.

Según la revistas de corazón Pascale vive en una mansión que Berlusconi le compró a pocos kilómetros de su residencia milanesa de Arcore. 

La noticia de la nueva relación fue descubierta tras la publicación de fotografías del ex primer ministro con Fascina saliendo de un lujoso hotel de Suiza para ir a pasear al perro de Pascale.

"Me divierte ver a un miembro del parlamento llevar a mi perro a pasear. Para mi está bien", dijo con ironía. 

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