El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió a Corea del Norte que su país dará una "respuesta acorde" si decide escalar sus ensayos, tras disparos de dos supuestos misiles balísticos este jueves, en lo que sería la primera provocación seria a la nueva administración estadounidense.

El nuclearizado Estado del norte de la península de Corea tiene una larga historia de utilizar pruebas de armamento para provocar, en un proceso cuidadosamente calibrado para conseguir sus objetivos.

"Estamos consultando con nuestros socios y aliados", dijo el mandatario estadounidense en la primera conferencia de prensa de su mandato. "Y habrá respuesta si eligen una escalada".

Será una "respuesta acorde", agregó.

Biden dijo además estar "preparado para alguna forma de diplomacia" con Pyongyang, pero "tiene que estar condicionada a que su resultado sea la desnuclearización".

El Estado Mayor conjunto de Corea del Sur informó que el norte había lanzado dos misiles al mar de Japón, conocido como mar del Este por los coreanos, desde la provincia sureña de Hamgyong.

Los misiles recorrieron 450 kilómetros y alcanzaron una altitud máxima de 60 km, declaró el Estado Mayor surcoreano que no precisó el tipo de misil, y después de una reunión de emergencia, el Consejo de Seguridad Nacional expresó su "profunda preocupación" por los lanzamientos.

El Consejo de Seguridad de la ONU, a través de sus resoluciones, prohibió a Corea del Norte, que dispone del arma nuclear, desarrollar misiles balísticos. Pero bajo la presidencia de Kim Jong Un, ha fomentado su capacidad y ha probado misiles capaces de alcanzar el territorio continental de Estados Unidos desde que se deterioraron las relaciones en 2017.

El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, fue categórico y aseguró que "Corea del Norte lanzó dos misiles balísticos".

El último disparo de este tipo se remonta al 29 de marzo de 2020.  

"Esto amenaza la seguridad de nuestro país y de la región. Es también una violación de la resolución de la ONU", declaró el jefe del gobierno japonés.

Según Tokio, los misiles cayeron fuera de las aguas de su zona económica exclusiva.

Alemania, Francia y Reino Unido condenaron las pruebas como violaciones de las resoluciones de la ONU. 

Y el ministro británico para Asia, Nigel Adams, también advirtió a Corea del Norte que se abstenga de nuevas provocaciones y "entable negociaciones significativas con Estados Unidos".

Comportamiento "familiar" 

El primer año en la presidencia de Donald Trump se vio marcado por una serie de lanzamientos, acompañado de un lenguaje bélico entre ambos líderes.

Trump y Kim se embarcaron en una extraordinaria luna de miel diplomática marcada por las cumbres históricas en Singapur y Hanói entre los dos mandatarios.

Estados Unidos se retiró de algunos ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur y el Norte congeló las pruebas de misiles balísticos intercontinentales.

Pero la cumbre de Hanói de febrero de 2019 fracasó sobre la retirada de las sanciones a cambio de eventuales medidas de desarme.

La comunicación se suspendió, pese a un tercer encuentro en la Zona Desmilitarizada que divide a la península de Corea y no ha habido ningún avance sustancial hacia la desnuclearización.

"Parece que Corea del Norte está volviendo al modelo familiar de usar las provocaciones para atraer la atención", dice Jean Lee del Wilson Center de Washington.

Pyongyang realizó una serie de pruebas armamentistas el año pasado que denominó "artillería de largo alcance", aunque otros las describen como misiles balísticos de corto alcance.

Trump "quiso cerrar los ojos a los lanzamientos balísticos de Corea del Norte mientras no fueran pruebas de misiles de largo alcance", dice Lee.

"Pero sospecho que la administración de Biden se enfrentará a todo lanzamiento de misiles balísticos que viole las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", indica.

Sin comunicación 

Corea del Norte había lanzado dos misiles el domingo en dirección a China poco después de los ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur y la visita a Seúl del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y el de Defensa, Lloyd Austin.

Pero el gobierno estadounidense minimizó la importancia de esos disparos de misiles no balísticos.

Durante su viaje a Seúl y Tokio, Blinken subrayó la importancia de desnuclearizar Corea del Norte.

Funcionarios estadounidenses declararon que la administración de Biden había tratado, desde su asunción en enero, contactar con las autoridades norcoreanas por diferentes canales, sin éxito.

La Casa Blanca está concluyendo una estrategia que discutirá con responsables de seguridad japoneses y surcoranos la próxima semana.

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