El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó el viernes de madrugada a Roma para su primera recepción como mandatario por el papa Francisco, en la víspera de una cumbre del G20 de dos días en la capital italiana.

Antes de partir, Biden presentó en Washington un plan "histórico" por miles de millones de dólares en gastos en infraestructuras, transición energética y prestaciones sociales.

Pero el presidente estadounidense, que pensaba llegar a Roma con un voto final del Congreso, deberá esperar para ello, a pesar de las semanas de interminables discusiones y concesiones. La culpa la tienen la disidencias en su propio Partido Demócrata.

En Roma, Biden comenzará su agenda con un encuentro con el papa, con quien comparte posiciones sobre medioambiente, pobreza y pandemia, y con el que se había reunido en tres ocasiones como vicepresidente.

La cita, en la biblioteca privada del palacio apostólico, será al mediodía (10H00 GMT), en víspera de la cumbre de dos días en Roma con los jefes de Estado y de Gobierno de las 20 mayores economías del mundo, el G20.

El dirigente estadounidense se dirigirá después a Glasgow (Reino Unido), para participar en la importante cumbre climática de Naciones Unidas COP26.

Según un comunicado de la Casa Blanca, el jefe de la Iglesia católica y el presidente estadounidense "discutirán de cómo trabajar juntos en iniciativas basadas en el respeto de la dignidad humana fundamental, incluida la eliminación de la pandemia de covid 19, la lucha contra el clima y la compasión con los pobres".

Será un encuentro "cálido", adelantó el miércoles su portavoz, Jen Psaki, quien recordó que el presidente, ferviente católico, "encontró fuerza en su fe" frente a las tragedias de su vida: la muerte accidental de su primera esposa e hija y luego la muerte de su hijo Beau de cáncer.

Biden, quien viaja acompañado por su segunda esposa Jill, casi nunca falta a la misa dominical y sus posiciones en algunos temas resultan más afines con el papa argentino que las de su predecesor Donald Trump.

Pese a que el presidente Biden es el segundo mandatario católico después de John F. Kennedy (1961-1963), la Iglesia católica estadounidense, muy dividida, ha comenzado una ofensiva para privar de la comunión a los líderes políticos que apoyan el aborto, entre ellos el mismo Biden.

 El aborto, tema delicado 

¿Abordarán el tema que más los divide, como el derecho al aborto?, se interrogaban los observadores de asuntos vaticanos.

Las posiciones resultan muy disimiles. El papa Francisco llegó recientemente a tildar la interrupción voluntaria del embarazo de "asesinato", pero al mismo se distanció de la iniciativa de los obispos estadounidenses contra los políticos que apoyan el derecho al aborto. 

"La comunión no es un premio para los perfectos, la comunión es un don, es un regalo", y el que no puede tomar la comunión es el que "no está dentro de la comunidad", explicó el pontífice en septiembre tras ser interrogado sobre el asunto. 

Biden deberá reunirse luego con el jefe del gobierno italiano, Mario Draghi, el anfitrión de la cumbre del G20 y expresidente del Banco Central Europeo, quien despierta mucha curiosidad en Estados Unidos por sus proyectos de reforma. 

Elogiado por el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts y por el banco estadounidense Goldman Sachs, algunos medios estadounidenses lo pintan como una nueva estrella del panorama político europeo. 

 Relanzar la imagen 

Para Biden, que ha perdido popularidad desde su elección, el G20, así como la gran cumbre COP26 de Glasgow, Escocia, sobre el cambio climático, constituyen una ocasión para relanzar su imagen y enterrar definitivamente la era de Trump.

Este mismo viernes se reunirá en privado en Roma con el presidente francés, Emmanuel Macron, para pasar la página de la grave crisis por los contratos de submarinos ocurrida a mediados de septiembre y sellar la reconciliación.

Ese asunto, junto con la retirada caótica de Afganistán, pesan sobre el aura de Biden, quien repite que "Estados Unidos está de vuelta" en la escena internacional.

Joe Biden intentará sin dudas destacar sus reformas y su promesa de "la inversión más grande jamás realziada para enfrentar una crisis climática: 550.000 millones de dólares para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero.

"Estados Unidos está de regreso en una posición de líder en el clima de una manera que será ampliamente saludada" por la comunidad internacional, aseguró el consejero para la seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, en el avión hacia Roma. 

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