Corea del Sur es uno de los países que consume carne de perro, además de la carne de gato, al considerarla un alimento nutritivo y rico en proteínas. Incluso le atribuyen propiedades medicinales.

Aunque se trata de una práctica centenaria en ese país, no está legalizada ni tampoco explícitamente prohibida, pero cada vez más personas quieren lograr esto último. 

Recientemente la campaña contra el consumo de carne de perro recibió un gran respaldo, cuando la primera dama del país manifestó su apoyo a la prohibición y dos legisladores presentaron proyectos de ley para eliminar el comercio de carne de perro.

“Los extranjeros piensan que Corea del Sur es una potencia cultural. Pero cuanto más la cultura K aumenta su posición internacional, mayor es la conmoción que experimentan los extranjeros por nuestro consumo de carne de perro”, dijo Han Jeoungae, legisladora de oposición que el mes pasado presentó un proyecto para prohibir la industria de la carne de perro, según publicó AP.

Granjeros, dueños de restaurantes y otras personas involucradas en la industria se oponen a la aprobación de la ley. Además, encuestas apuntan a que uno de cada tres surcoreanos se opone a esa prohibición, aunque la mayoría de la gente ya no come carne de perro.

Además de Corea del Sur, los perros también se comen en China, Vietnam, Indonesia, Corea del Norte y algunos países africanos, incluidos Ghana, Camerún, Congo y Nigeria.

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