La noche de este jueves, Israel y el movimiento islamista Hamás, que administra el poder en la Franja de Gaza, acordaron un alto al fuego luego de diez días de bombardeos, principalmente, sobre el territorio palestino.

La escalada de violencia en el conflicto palestino-israelí, que se extiende por más de 70 años, se desató hace más de una semana y dejó más de 200 víctimas.

El pasado 10 de mayo comenzó el conflicto cuando Hamás lanzó cohetes hacia Israel en solidaridad con centenares de palestinos que resultaron heridos en enfrentamientos con la policía israelí en la explanada de las Mezquitas de Jerusalén, el tercer lugar santo del islam. 

En total, según las cifras oficiales, 230 palestinos murieron producto de los bombardeos del Ejército de Israel sobre Gaza, entre quienes 60 eran niños. En Israel en tanto, murieron doce personas, un niño de seis años y un adolescente de 16, entre ellos.

La destrucción provocada por los ataques aéreos sobre palestina también generó la destrucción total de 132 edificios en Gaza y otros 312 resultaron gravemente dañados, según informó Naciones Unidas. Este daño material decantó en que 52 mil palestinos tuvieran que abandonar su hogar y refugiarse, en condiciones de hacinamiento, en algunas escuelas.

Desde Hamás anunciaron previamente que lanzaron 4.300 cohetes hacia Israel, sin embargo, el daño provocado fue mínimo por el escudo antimisiles que dispone el ejército, que habría interceptado el 90 por ciento de los proyectiles.  

El origen del conflicto

Según consideran los analistas internacionales, esta vez fueron distintas situaciones las que generaron la escalada de violencia, principalmente en Jerusalén y en la Franja de Gaza, pero que se ha extendido en distintas partes del territorio disputado.

Sin embargo, la principal en esta ocasión fue la celebración por parte de Israel de “El día de Jerusalén”, en el que la población judía conmemora la invasión de Israel a la parte oriental de la ciudad santa en 1967 durante la Guerra de los Seis Días, que les permitió, en definitiva, conquistar esa parte del territorio palestino.

Los árabes consideran esta celebración nacionalista como una “provocación”. Por esto mientras grupos de israelís realizaban “la marcha de la bandera” por distintos sectores, se generaron enfrentamientos entre palestinos que lanzaban piedras y la policía de Israel que respondió con gases lacrimógenos y balas de goma.

Las autoridades palestinas acusaron que más de 300 ciudadanos resultaron lesionados en la explanada de las Mezquitas de Jerusalén, mientras que de parte de Israel aseguraron que hubo al menos 20 policías heridos.

Las protestas también habían estado marcadas porque en abril pasado los palestinos acusaron acoso policial denunciado durante el Radamán, el mes sagrado para la población musulmana a la que pertenece la mayor parte de Palestina; además de la indefinición de la Corte Suprema de Israel por el desalojo de familias palestinas que habían sido obligadas a ceder sus hogares a israelíes en el distrito de Sheij Jarrah, en Jerusalén oriental.

Los primeros misiles

Acusando este abuso policial fue que Hamás, que es considerado como un movimiento terrorista por Israel, pero que ganó las elecciones para controlar políticamente la Franja de Gaza hace quince años, envió cohetes hacia Israel, lo que provocó la muerte de dos ciudadanos.

En respuesta, el Ejército de Israel disparó misiles contra la Franja de Gaza, lo que provocó la muerte de 28 personas, entre ellos líderes de Hamás según reportaron desde Israel, además de más de diez niños.

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