Es una historia poco conocida, incluso en México.

A finales del siglo XIX el entonces presidente Porfirio Díaz sufría por una vieja herida que nadie podía curar.

Alguien le recomendó consultar a un grupo de médicos, discípulos de otros que tenían unos años de haber llegado de España.

Eran homeópatas, una parte de la medicina entonces desconocida en México.

Dio resultado. El presidente quedó completamente curado y en poco tiempo, en 1895, promulgó un decreto para reconocer oficialmente la enseñanza y práctica de la homeopatía en México.

Han pasado casi 121 años. Actualmente el ejercicio de esta disciplina médica es de los más extendidos en el continente.

En el país existe incluso el hospital especializado más grande de América Latina.

La Secretaría de Salud prepara un catálogo de medicamentos homeopáticos, para regular adecuadamente su prescripción en todo el territorio.

Sustancias personales

Desde que en 1796 el alemán Samuel Hahnemann creó la homeopatía, la práctica ha estado en el centro de lapolémica.

Muchos dicen que no se trata de una verdadera ciencia médica, y que no existe evidencia científica de que realmente cure enfermedades, con lo que puede poner en peligro la vida de quienes recurren a ella.

Pero sus defensores argumentan que los datos científicos existen, y que se trata de una terapia efectiva para aliviar muchas dolencias.

La medicina convencional utiliza elementos y sustancias para combatir a las enfermedades.

Sus medicamentos son los mismos en todos los padecimientos y se aplican en todas las personas que lo requieran, con las restricciones de dosis y efectos que pueda tener en los distintos pacientes.

En la homeopatía, en cambio, se usan sustancias específicas para cada tipo de persona.

Además, el tratamiento incluye una observación atenta y una entrevista profunda del médico para conocer al paciente y la forma como reacciona ante sus padecimientos.

El principio básico no es combatir directamente la enfermedad, sino estimular al cuerpo humano para que cree anticuerpos específicos contra esa patología, basándose en la doctrina de que "lo similar cura lo similar", es decir, la sustancia que causa los síntomas de una enfermedad en personas sanas curará lo similar en personas enfermas.

Y cada persona reacciona de manera distinta, por eso los fármacos no pueden ser exactamente iguales a los de otros pacientes.

Estos dos elementos, el tipo de medicina y la observación clínica, son el centro del debate sobre la homeopatía.

La Organización Mundial de la salud (OMS) profundizó la controversia hace varias décadas cuando clasificó a la homeopatía y otras disciplinas, entre ellas la herbolaria y acupuntura, como medicinas tradicionales distintas a la convencional.

Miles de consultas

Ante la controversia muchos han cuestionado el apoyo de las autoridades sanitarias a esta disciplina médica.

Las críticas incluyen al Hospital Nacional Homeopático, en Ciudad de México, el único nosocomio de segundo nivel de la especialidad que hay en el país.

Es, también, el más grande en su tipo de Latinoamérica, asegura su director, Fernando Ochoa Bernal.

De hecho, funciona como cualquier institución de segundo nivel, es decir, con servicio de pediatría, maternidad, quirófanos para cirugías generales, oftalmología, atención dental y áreas de hospitalización.

Es un centro hospitalario para población abierta, es decir, que cualquier persona tiene acceso a sus servicios, sin importar que tenga otro tipo de prestaciones de salud.

El costo para los pacientes es muy bajo en comparación con la medicina convencional. Una consulta cuesta, por ejemplo, 70 pesos, unos US$ 3.

Casi todos los doctores estudiaron medicina convencional y después una especialización en homeopatía.

El presupuesto y estrategia es similar al de otras instituciones en el sistema nacional de salud.

El Hospital Nacional Homeopático atiende un promedio de 37.000 consultas anuales.

Es, también, una de las instituciones médicas más antiguas del país. Nació en 1850, aunque sus instalaciones se renovaron hace unos años.

El edificio actual se reinauguró en noviembre de 2014.

Desprestigio

La clasificación de la OMS, que ubica a la homeopatía como medicina "complementaria", es vista por sus seguidores como un obstáculo para esta disciplina.

Otra cosa son los practicantes improvisados, le dice a BBC Mundo el director del Hospital Nacional.

"Tenemos un grillete, la mala práctica pero eso sucede en todas las disciplinas. Muchos hacen homeopatía demasiado empírica", explica.

"Hay personas que no tienen todo el bagaje y prescriben homeopatía, eso desprestigia a todos".

Actualmente en México hay unos 7.000 médicos homeópatas con reconocimiento oficial, egresados de las universidades que imparten la carrera como el Instituto Politécnico Nacional (IPN).

A pesar de las críticas, la Secretaría de Salud mantiene el respaldo a la disciplina.

"Negar a la homeopatía es como decir que mañana no va a amanecer", le dice a BBC Mundo Francisco Navarro, director de Coordinación de Hospitales Federales de Referencia de la Secretaría.

El apoyo, sin embargo, no está exento de condiciones. La medicina convencional "está basada en evidencias científicas que son comprobables y reproducibles", explica.

"Se necesita trabajar para crear la evidencia científica de que la medicina homeopática tiene resultados, porque una cosa es el anecdotario, y otra un soporte científico".

"Y debemos tenerla porque en México la población es diferente a la europea", concluye.

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