Para solucionar la disputa Venezuela pidió la mediación de Naciones Unidas. Guyana quiere resolverla en la Corte Internacional de La Haya.

Pero, por lo pronto, la última organización involucrada en el conflicto territorial que ambos países mantienen por la región del Esequibo –actualmente bajo administración de Guyana– es nada menos que Google.

El problema: algunos nombres en español que figuran en los mapas de la zona en disputa ofrecidos por el servicio de búsqueda.

Efectivamente, la calle de una zona costera que los guyaneses siempre han conocido como Anna Regina Public Road o Essequibo Coast Public Road aparece en Google Maps como Av. 100 Bolívar.

Y los locales, cuyo idioma oficial es el inglés, tampoco reconocen la calle que en Google Maps aparece como Calle 100 Guayana.

Según el ministro de Relaciones Exteriores de Guyana, Carl Greenidge, los patronímicos en español parecen sugerir que el territorio es parte de Venezuela.

Y, por eso, el gobierno guyanés le va a pedir al buscador que elimine de sus mapas los nombres en cuestión.

"Tenemos que conseguir asesoramiento técnico para que Google remedie eso. Tenemos que ver cómo Google puede hacerse responsable. Tal vez no se ha dado cuenta", dijo Greenidge el lunes.

Y el canciller, quien no descartó recurrir a vías legales para forzar el cambio, también dio a entender que la mano de Venezuela podría estar detrás de los nombres utilizados en los mapas del buscador.

"Receta para el caos"

"(El asunto) tiene implicaciones no sólo para Guyana", dijo el ministro en declaraciones recogidas por la Agencia France Presse.

"Si los líderes de un país un día deciden, por ejemplo, que sus fronteras van desde Alaska hasta el Cabo de Buena Esperanza, y simplemente se lo dicen a Google y ellos lo implementan, es una receta para el caos", explicó.

Comentaristas guyaneses, sin embargo, han sugerido que parte del problema es que muchas de las calles del país simplemente no tienen nombres oficiales.

"Hemos descuidado nombrar a nuestra calles, así que lo primero es bautizarlas, muy pronto", escribió Alfred Bhulai en un carta al periódico Stabroek News en la que también llama a presionar a Google para que cambie sus mapas.

"Si esperamos demasiado, antes de que nos demos cuenta la mayoría de este mundo cada vez más tecnológico y democrático va a creer lo que les diga Google Maps", agregó Bhulai.

Y al abrir una discusión oficial sobre la forma en la que los mapas de Google representa el territorio en disputa, Guyana también podría terminar forzando cambios que le podrían molestar.

Efectivamente, esta no es la primera vez que Google se ve arrastrada a la disputa por el Esequibo, un territorio de 159.500 kilómetros cuadrados de extensión que comprende dos tercios de la actual Guyana.

Aunque, hasta hoy, su involuntaria participación en la disputa la había colocado del lado de Guyana.

En julio pasado, por ejemplo, el periódico venezolano Últimas Noticias denunció que Google Maps no estaba reconociendo al Esequibo como un territorio en disputa.

"Al ingresar al buscador más importante del mundo, y específicamente en la plataforma GoogleMaps, la delimitación territorial de Venezuela aparece despojada de la Guyana Esequiba", hizo notar el diario.

"De acuerdo a especialistas en cartografía, solo en los mapas venezolanos la zona ha sido reflejada con un rayado diagonal, respetando el Acuerdo de Ginebra según el cual ambos países buscan un arreglo práctico", explicó la publicación.

"La verdad en el terreno"

En el pasado, Google ya ha reconocido las dificultades de mapear zonas en disputa, para lo que el buscador afirma seguir "una jerarquía de valores al momento de representar zonas geopolíticamente sensibles".

Lo primero, dicen, es la misión de la compañía: "representar 'la verdad en el terreno' de forma tan exacta y neutral como nos sea posible".

Y la compañía también considera la postura de fuentes autorizadas así como las expectativas locales, reconociendo que muchas veces todos estos valores pueden entrar en contradicción.

Para solucionarlo, Google Maps a veces presenta las diferentes propuestas de líneas fronterizas (como por ejemplo las líneas sirias e israelíes en los Altos del Golán), múltiples nombres separados por un barra (por ejemplo, Londonderry/Derry), e incluso notas cliqueables con una breve descripción de los problemas.

Y Venezuela bien podría seguir el ejemplo de Guyana y presionar a Google para que adopte alguna de esas alternativas para el territorio en disputa.

Porque, por lo demás, para hacerse una idea de las implicaciones prácticas de la cartografía producida por Google, solo hay que moverse un poco más al norte en el mapa latinoamericano, hasta llegar al escenario de lo que se dio en llamar "la primera guerra de Google Maps".

Ocurrió en noviembre de 2010, cuando Nicaragua justificó la presencia de sus tropas en un territorio que Costa Rica asumía como suyo empleando los mapas del buscador.

No se produjeron enfrentamientos militares, pero la consiguiente disputa –parte de un diferendo fronterizo mucho más viejo y amplio– llegó hasta la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Y ahí se mantiene hasta el día de hoy.

Publicidad