AFP

La nueva escalada de tensión internacional en pleno Día de la Independencia estadounidense se produce días después de que el presidente norteamericano Donald Trump y el nuevo mandatario surcoreano Moon Jae-In examinasen juntos la "amenaza" que representa el régimen comunista.

El "misil balístico no identificado" fue disparado desde un sitio cercano a Banghyon en la provincia norcoreana de Phyongan del Norte, indicaron las Fuerzas Armadas surcoreanas en un comunicado, precisando que el misil cayó en el Mar de Japón.

El misil "voló varios cientos de kilómetros", indicaron, sin precisar el modelo de cohete.

Una portavoz del ministerio de Defensa surcoreano indicó a la AFP que el misil puede haber caído dentro de la zona económica exclusiva de Japón, es decir a menos de 200 millas náuticas de sus costas.

El jefe de gabinete japonés Yoshihide Suga dijo por su parte en Tokio que el misil había volado "durante unos 40 minutos", es decir un tiempo inusualmente largo.

"Este lanzamiento de un misil balístico nunca podrá ser tolerado, Japón protestó enérgicamente ante Corea del Norte por el mismo y lo condenó", indicó a la prensa.

El Comando de Estados Unidos en el Pacífico confirmó que el misil lanzado desde tierra, de mediano alcance, fue rastreado durante 37 minutos y que cayó en el Mar de Japón. No implicó una amenaza para Estados Unidos, aseguró el comando.

Tras una primera cumbre sostenida con Moon Jae-In la semana pasada en Washington, Trump había dicho que la "amenaza" norcoreana requería una "respuesta firme".

Tensiones crecientes

Pyongyang ha lanzado varios misiles desde la llegada al poder de Moon en Corea del Sur, favorable a imponer más sanciones para impedir a  al vecino comunista desarrollar su poderío nuclear imponiéndole más sanciones, aunque tampoco cerró la puerta al diálogo.

Tras el disparo del martes, Moon convocó de inmediato una reunión del Consejo de Seguridad Nacional en Seúl para examinar la respuesta.

Desde que llegó a la Casa Blanca, Trump buscó convencer a China que ejerza su influencia para contener al gobierno de Corea del Norte, aunque por el momento la opción no ha mostrado resultados.

La situación se tornó aún más tensa después que el gobierno de Pyongyang liberó y envió de retorno al estadounidense Otto Warmbier, quien había sido detenido hace 18 meses en Corea del Norte.

Warmbier llegó a Estados Unidos en coma y falleció pocos días después a causa de una infección cerebral cuya causa nunca fue esclarecida.

Estados Unidos tiene en la actualidad unos 28.000 soldados en Corea del Sur.

En meses recientes, Washington ha dado pasos para mostrar su músculo militar, en respuesta a lo que ha sido visto como una agresiva demostración de fuerza por parte de Corea del Norte.

Estados Unidos respondió además con un ensayo el mes pasado de su escudo antimisiles intercontinental.

Por primera vez, un cohete interceptor basado en tierra fue lanzado desde California e impactó y destruyó a un misil balístico intercontinental disparado desde el medio del Pacífico.

En mayo, China había probado a su vez un nuevo misil en el mar de Bohai, cerca de la península coreana.

Pyongyang busca desarrollar un misil balístico intercontinental capaz de transportar cabezas nucleares.

Paquetes sucesivos de sanciones impuestos por la ONU desde un primer ensayo nuclear norcoreano en 2006 no han logrado disuadir a Pyongyang de seguir adelante con sus programas.

Corea del Norte ya llevó a cabo cinco ensayos nucleares subterráneos, dos de ellos en 2016, e intenta dotarse de misiles intercontinentales capaces de transportar una carga atómica.

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