La canciller alemana, Angela Merkel, declaró este miércoles que está dispuesta a replantearse la regla sagrada del país de cero déficit público, para hacer frente a las consecuencias económicas negativas provocadas por el nuevo coronavirus.

"Se trata de una situación extraordinaria y haremos lo que podamos para salir de ella", aseveró durante una rueda de prensa de su ministro de Salud, Jens Spahn, que en lo sucesivo será cotidiana, y a la que se sumó este miércoles.

El caso de Alemania, que este miércoles por la mañana contaba con 1.296 personas infectadas y registró su tercera muerte, es mucho menos dramático que el de Italia. 

Sin embargo, advirtió Merkel, citando a "expertos", "entre el 60 y 70%" de la población alemana podría infectarse si no se desarrollan tratamientos o vacunas en los próximos meses.

Alemania "hará todo lo posible (...) para salir de esta situación", y una vez "superada, veremos qué ha significado para nuestro presupuesto", detalló, al ser interrogada sobre un posible desvío en el presupuesto de Alemania, que ha dictado la conducta del gobierno durante años, pese a críticas de socios, como Francia, y algunas instituciones financieras internacionales.

Freno a la deuda, presupuesto equilibrado 

Merkel, discreta desde el principio de la crisis, y a quien el popular diario Bild instó este miércoles de mañana a "demostrar capacidad de liderazgo", explicó que poner fin a la propagación de la epidemia es lo "primero", por delante del respeto a las normas presupuestarias.

Las consecuencias económicas y sociales comienzan a sentirse en un país que ya se enfrenta a un descenso de su crecimiento y desgaste de su modelo económico. 

La capital Berlín, así como la ciudad-puerto de Hamburgo han anulado conciertos y otros espectáculos previstos para el mes próximo. Se han tomado medidas similares en muchas de las 16 regiones (lands o estados) alemanes. Numerosas empresas ven ralentizarse sus resultados.

"Una economía como la alemana, muy dependiente de la exportaciones, se ve mas afectada por estos desafíos mundiales que una economía más centrada sobre ella misma", destacó Merkel.

El viernes, su gobierno presentará medidas para relanzar la economía. Serán anuncios que favorecerán al sector hotelero y a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) a la hora de solicitar préstamos.

En concreto, se preparan préstamos públicos para empresas que enfrentan dificultades de tesorería, esto después de haber facilitado el recurso al seguro de paro a corto plazo y desbloqueado varios miles de millones de euros en inversiones. 

El dogma presupuestario alemán se apoya en dos reglas: la prohibición inscrita en la propia Constitución de contraer toda nueva deuda federal que exceda el 0,35% del PIB, denominada "Schuldenbremse" (freno a la deuda), y el compromiso adicional de un presupuesto federal al menos en equilibrio ("Schwarze Null"), que se respeta desde 2014. 

Sin embargo, la regla constitucional prevé excepciones en caso de crisis económica, catástrofes naturales o "situaciones de urgencia extraordinarias", ofreciendo de esta manera un margen de maniobra al gobierno.

Merkel confirmó también que la Unión Europea apostaba también por una mayor flexibilidad del Pacto de Estabilidad, que limita en principio a 3% el déficit público de los países miembros.

"Creo que el Pacto tiene la flexibilidad necesaria para las situaciones excepcionales", dijo.

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