Los crematorios en China sufren para gestionar la llegada de cadáveres, mientras el país combate un aumento de casos de covid que las autoridades ya consideran imposible de rastrear.

Los contagios se disparan en China, tensionando los hospitales y dejando vacíos los estantes de las farmacias, después de la decisión del gobierno de terminar con casi tres años de confinamientos, cuarentenas y testeos masivos.

Desde el noreste al suroeste, trabajadores de crematorios de todos el país señalaron que no dan abasto ante el incremento de muertes.

En Chongqing, ciudad de 30 millones cuyas autoridades pidieron esta semana a personas con síntomas leves ir a trabajar, un empleado dijo a la agencia AFP que su crematorio se había quedado sin espacio para almacenar cadáveres.

"El número de cuerpos aumentó en días recientes", dijo esta persona sin dar su nombre.

"Estamos muy ocupados, no hay más espacio de almacenamiento refrigerado para cadáveres", insistió, aunque sin vincularlo directamente al aumento de casos.

En la megaurbe de Cantón (sur), un empleado de un crematorio en el distrito de Zengcheng dijo a la AFP que estaban incinerando más de 30 cadáveres diarios.

"Tenemos cuerpos enviados desde otros distritos. No hay otra opción", dijo.

Otra incineradora en la ciudad también estaba "extremadamente ocupada". "Es tres o cuatro veces más que en años anteriores, estamos quemando unos 40 cadáveres al día, cuando antes era solo una docena", dijo un trabajador.

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