AFP

Con diversos ritos ancestrales, las culturas andinas de Bolivia se aprestan a celebrar este martes el Año Nuevo 5.524 en distintos lugares ceremoniales, donde recibirán los primeros rayos del sol.

"El 21 junio estaremos recibiendo la energía del Padre Sol, esa fuerza que va a regenerar la vida", explicó el investigador aimara, Fernando Huanacuni.

Con fogatas, ofrendas a la Pachamama (Madre Tierra), música y bebidas, varios grupos esperan en vigilia el alba del 21 de junio que, según la cosmología andina, marcará el inicio de un nuevo ciclo de vida (Willka Kuti, en lengua aimara).

La fiesta coincide con el solsticio de invierno. El momento culminante es la salida del astro rey, cuyos primeros rayos se esperan con los brazos en alto en medio de vítores.

Las ceremonias más significativas tienen lugar en sitios arqueológicos, como Tiwuanaku (noroeste) o el Fuerte de Samaipata (este), pero también son válidos los balcones naturales en los cerros que rodean las ciudades, donde según la tradición, habitan los espíritus andinos. Allí, los municipios organizan fiestas populares.

Aunque la celebración es ancestral, ha tomado cuerpo durante el gobierno del presidente Evo Morales, el primer gobernante indígena de Bolivia, en cuya gestión alcanzó la categoría de feriado nacional.

Según la concepción andina, el Willka Kuti es además momento propicio para consultar sobre el futuro con los amautas (sacerdotes andinos), por lo que es tradicional acudir a ellos para que "lean" el futuro en hojas de coca, en plomo derretido, en ceniza de tabaco o en espuma de cerveza.

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